México recibe otro reconocimiento, Moody’s mejora calificación crediticia
México volvió a recibir un reconocimiento sobre su futuro económico luego que la agencia calificadora, Moody’s Investors Service, mejoró la calificación crediticia de la segunda economía más grande de Latinoamérica un escaño.
Moody’s se une así a Standard & Poor’s en considerar que la capacidad de pago del país ha mejorado tras la serie de reformas que aprobó el Congreso de la Unión el año pasado para modificar muchas estructuras sociales y económicas del país que limitaban su potencial.
Las dos agencias ven que esos cambios, aun cuando no se han materializado en lineamientos específicos para aterrizarlos, son avances importantes para que el país retome una senda de crecimiento más acelerada y sostenible en el tiempo, y que además reduzca la probabilidad de un impago.
“Las reglas del juego han sido redefinidas”, dijo Mauro Leos, analista de Moody’s a la agencia de noticias Bloomberg. “Si con el tiempo, en un horizonte de dos o tres años, vemos que el impacto de estas reformas es significativo y conlleva un mayor crecimiento y mejores indicadores fiscales, eso podría provocar una calificación aún más alta”.
Con la mejoría, la calificación de México en la escala de Moody’s pasó de ‘Baa1’ a ‘A3’, o el séptimo sitio en la escala de 10 lugares de la agencia calificadora estadounidense.
Algunos de los cambios legales más relevantes aprobados buscan mejorar, por ejemplo, los niveles de competencia en todas las industrias, pero principalmente en la de telecomunicaciones y financiera. Dos áreas que desde el punto de vista de muchos analistas podrían atraer a un mayor número de inversionistas al país por las posibilidades que ofrecen aún esas industrias como es el acceso a telecomunicaciones de última generación y a un menor precio y el acceso a servicios financieros más amplios y también a mejores precios.
Claro que la reforma más relevante para la economía mexicana es la apertura a capitales privados que autorizó el Congreso de la Unión no sólo para la exploración de petróleo y gas en regiones de difícil acceso, sino incluso la apertura del sector eléctrico a compañías privadas.
Con estos cambios, se abren nuevas posibilidades para que empresas mexicanas o extranjeras se dediquen a producir gasolinas, diesel, petroquímicos básicos y otras actividades vinculadas al sector energético como el transporte y almacenaje de combustibles, además de obviamente la exploración y producción de crudo y gas.
Este es un cambio radical para la economía mexicana ante la importancia que la energía tiene en todas las cadenas productivas. El cambio además se aquilata cuando se considera que la industria petrolera mexicana tuvo por más de 75 años a un solo jugador, la empresa petrolera estatal, Petróleos Mexicanos; mientras que en materia eléctrica, el sector lo controló por 50 años la hoy conocida compañía, Compañía Federal de Electricidad.
Los cambios así han despertado muy buenas perspectivas en la comunidad empresarial mexicana y extranjera para participar en los sectores de las telecomunicaciones, financiero y energético.
Ante esto, las perspectivas de crecimiento de México han mejorado. Tras el tropiezo del año pasado en que la economía probablemente creció a una tasa de 1.3%, la menor desde 2009 e inferior a la esperada de 3.6%, los economistas estiman en general que México crecerá este año a un ritmo de 3.5% y que podrá alcanzar tasas sostenibles de crecimiento de entre 5 y 6% en un par de años más si las autoridades aterrizan los cambios de forma correcta.
La misma agencia calificadora dijo que las perspectivas de crecimiento sustentable de México habían mejorado con la aprobación de las reformas de entre 2 y 3% a entre 3 y 4%.
Los inversionistas reaccionaron de forma favorable a la mejoría de la calificación de México. El rendimiento extra que exigen los inversionistas para comprar bonos del gobierno mexicano denominados en dólares en lugar de bonos del Tesoro estadounidense cayó hoy 0.12 puntos porcentuales a 2.06 puntos porcentuales de sobre tasa, de acuerdo al EMBI Global Diversified Index de JP Morgan Chase.
El tipo de cambio también se apreció tras el anuncio de Moody’s para cerrar en 13.29 pesos por dólar, o una ganancia de 0.3%.
Quien reaccionó de inmediato al anuncio de Moody’s fue el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, que si bien ha recibido aplausos por su capacidad negociadora, ha sido también criticado por la forma en que manejó el presupuesto gubernamental el año pasado y a la industria de la construcción.
Para algunos expertos, ese mal manejo provocó, en buena medida, el freno económico que vivió el país el año pasado. El gobierno de Peña Nieto está ansioso por mostrar que las reformas serán un éxito para el país tras esos descalabros. Frente al reconocimiento que le brindó Moody’s, las autoridades no dejaron de resaltar esa mejoría, sobre todo dado que proviene de una agencia internacional.
“El incremento de calificación favorece al gobierno federal, la iniciativa privada y a las familias mexicanas al reducir los costos de financiamiento, lo que reducirá el costo de la deuda pública y liberará recursos que podrán destinarse a rubros de obra pública como salud y educación”, dijo la Secretaría de Hacienda en un comunicado. “Todo ello repercutirá en aumentos en la productividad y un mayor crecimiento de la economía. Ello confirma a la economía mexicana como un destino atractivo para la inversión y con buenas perspectivas de crecimiento y desarrollo”.
Fuente: sentidocomun.com.mx
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