Patricia Berry: Ni fu, Ni fa

Esta semana pintaba para ser muy importante, de definiciones y de fuertes emociones. Pero, al final, pues resulta que nada sacó chispas.

El asunto de Grecia se pateó hacia delante. Tsipras y el gobierno griego acordaron con la Troika un plan de financiamiento temporal de 4 meses, condicionado a que no gasten más de lo estipulado en el paquete de rescate original, y en ese tiempo se trabajará para diseñar un nuevo programa.

Ambos lados claman victoria: la Troika, porque Grecia seguirá negociando con ellos hasta que salgan de sus problemas, y Tsipras también, porque las medidas que se aplicarán ahora las decidirán los griegos, y no los europeos.

El caso es que, por lo menos durante los próximos 4 meses, Grecia deja de ser una preocupación mayúscula, cosa que agradecieron los mercados, pero sólo alcanzaron a nivelarse, para esperar otro momento más adelante, de verdadera definición.

En el tema de Rusia y los conflictos armados en Ucrania, sucedió algo parecido. Desde el fin de semana anterior, el gobierno de Kiev llegó a un acuerdo de cese al fuego con los rebeldes. El acuerdo se convirtió sólo en una tregua a medias, porque casi de inmediato se comenzó a violar con enfrentamientos menores en distintos lugares, pero la violencia no ha vuelto a escalar. No se sabe cuánto tiempo se mantendrá esta especie de calma, pero nada perdemos con esperar que dure lo suficiente como para que se empiece a negociar un acuerdo de paz definitiva.

Los precios del petróleo, por otro lado, se han mantenido más o menos estables, fluctuando alrededor de los $60dpb. Al Naimi, de Arabia Saudita ha declarado que están viendo un aumento en la demanda, cuando al mismo tiempo los inventarios de crudo en Estados Unidos registraron un repunte, cancelando el efecto. Así que todos quietos.

Las cifras económicas alrededor del mundo han hecho lo propio para mantener la calma chicha. En Europa se han generado algunas buenas noticias, sobre todo para Alemania, en Asia no han habido grandes sorpresas, y en Estados Unidos, los números de casas e inflación fueron compensados por los de órdenes de bienes duraderos y de confianza.

Y finalmente, el evento de la semana, la comparecencia de Janet Yellen ante el Congreso de Estados Unidos, acabó dando poco de qué hablar. Yellen explicó lo mismo que las minutas de la última reunión: el mercado laboral ha mejorado mucho, pero aún no se puede decir que esté definitivamente del otro lado, principalmente por el estancamiento de los salarios, mientras que la inflación se encuentra incómodamente baja. Igual que la minuta, Yellen dio a entender que el Fed puede esperar unos meses más antes de subir la tasa de interés, que se ha traducido en la posposición de la expectativa para septiembre, en lugar de junio. Pero esto tampoco es un cambio mayúsculo.

En los mercados, entonces, los cambios fueron pequeños prácticamente toda la semana. El dólar continúa apreciándose, las tasas de interés se mantuvieron a la baja, las materias primas se estabilizaron, y las bolsas avanzaron levemente, aunque esto significó que varias alcanzaran nuevo récords.

Por ahora, el único cambio a la vista en las próximas semanas, que puede ser realmente importante, es la entrada en vigor de las compras de bonos en marzo por parte del Banco Central Europeo. Por lo demás, la próxima semana será la primera del mes de marzo y, como siempre, traerá consigo los importantes datos de los índices PMI de actividad en los sectores de manufactura y servicios alrededor del mundo, además del reporte de empleo de Estados Unidos. Si las tendencias se mantienen, no deben haber sorpresas y todos estos números de febrero deben resultar ligeramente mejor que los de enero.

Ya veremos qué ocurre, pero ante la mejora que percibimos en el entorno, recomendamos aumentar ligeramente la posición en acciones en los portafolios para incluir 10% en acciones mexicanas, 10% en ETF’s de Estados Unidos, 5% en el ETF del índice eurostocks300 y 5% en el ETF del índice Nikkei225. El dinero lo tomamos de la posición en efectivo, así que queda 10% para bonos mexicanos y 60% en efectivo, en pesos.

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