Y se ajusta el gasto!

Patricia Berry   Georgina muñiz

Por muchos años, México fue considerado, primordialmente, un país productor y exportador de petróleo. Por la historia y la conformación política e institucional del país, el petróleo se volvió la principal fuente de ingresos del gobierno, y sigue siendo una de las más importantes.
A raíz del TLC, México se ha convertido en un país exportador de manufacturas y de bienes intermedios, principalmente, y las exportaciones de petróleo actualmente sólo representan alrededor del 10% de las ventas totales al extranjero.
Pero no por eso las ventas de crudo han dejado de ser fundamentales para México, y sobre todo para la salud de las finanzas del país. Alrededor de 55% de los ingresos por las ventas de Pemex se canalizan al gobierno y forman parte del gasto e inversión que ejerce el ejecutivo; el resto permanece en la paraestatal para su propio gasto e inversión.
El precio del petróleo comenzó a caer a mediados del año pasado; la baja se convirtió en un desplome por ahí de octubre, y pronto empezó a reflejarse en la debilidad del tipo de cambio del peso contra el dólar, que pasó de 13 en septiembre a más de 14.80 en diciembre, y a más de 15 el día de hoy. En todo caso, hacia finales del año, ante el aumento de la preocupación, la Sría de Hacienda informó que ya habían tomado cartas en el asunto y que habían comprado coberturas para las exportaciones de Pemex durante 2015 a $70 dólares por barril – los barriles cubiertos tendrán un precio de $70, independientemente del precio en el mercado.
Efectivamente, México compró coberturas para proteger alrededor del 60% de aquellas ventas de Pemex que se destinan al gobierno, que significa poco más del 30% de las ventas totales de la paraestatal; esto es, cerca de 70% de las ventas de Pemex en 2015 NO están protegidas, y esto incluye el 100% de lo que se queda Pemex para su propio presupuesto.
Algo similar pasa con la Comisión Federal de Electricidad, la otra paraestatal proveedora de energéticos.
En el presupuesto del gobierno para 2015 se consideró un precio promedio del petróleo de 81 dólares por barril y un tipo de cambio promedio de 13.40 pesos por dólar, que se combinan en un precio promedio de 1,085.40 pesos por barril. El día de hoy, el barril de la mezcla se cotizó en 40.93 dólares y el tipo de cambio cerró en 14.98 pesos por dólar, que arrojan un precio de 613.13 pesos por barril. Los barriles cubiertos a 70 dólares, al tipo de cambio de hoy, valen 1,048.60 pesos, y son el 60% de los barriles del gobierno, y nada de Pemex o CFE.
Como al final de cuentas los ingresos son una combinación del precio del petróleo y del peso, las cosas pueden cambiar si el petróleo encuentra un piso e inicia un repunte, aunque sea modesto, o si el peso se deprecia todavía más. Un freno a la baja del petróleo no nos parece descabellado y sería mucho, mucho mejor que un peso todavía más débil, que bien podría empezar a presionar la inflación, de ahí las tasas de interés, y luego acabamos con un menor crecimiento de la economía. Sin embargo, no deja de ser una realidad perversa el que mientras el petróleo no repunte, al gobierno le favorece un tipo de cambio cada vez más débil.
Como quien dice, o recortan su presupuesto el gobierno federal, Pemex y CFE, o lo recortan, porque de otra manera aumentaría el déficit fiscal, cuando de por sí se presupuestó un déficit más alto para 2015, y cuando todos sabemos que un alto déficit es un pecado mortal en el mundo de hoy, y el peso no tardaría en deteriorarse aún más.
Por ahora, el recorte anunciado nos parece lo correcto y no debe afectar mayormente al crecimiento de la economía, ni causar un conflicto con el Banco de México por el tipo de cambio y la inflación. Es más, debería contribuir a disminuir los temores con respecto al futuro de la economía mexicana y limitar una mayor depreciación del peso.

• Finalmente, este viernes el secretario de Hacienda Luis Videgaray dio a conocer con más detalle el recorte al gasto federal que se anunció hace un par de días.
• El ajuste realizado al gasto público será de 124.3 mil millones de pesos (mmdp), cual representa un 0.7% de nuestro PIB. Del total, 62mmdp se recortarán del presupuesto de PEMEX y 10mmdp del de la CFE, que son las dos entidades que dejan de percibir recursos al bajar el precio del petróleo y otros energéticos.
• Del total del recorte al gasto público federal, de 52mmdp, el 65% se aplicará al gasto corriente, básicamente a la nómina del gobierno, y el 35% restante al gasto de inversión. El ajuste a la inversión, entonces, será por la cantidad de 18.1mmdp, y significa la cancelación definitiva del tren de pasajeros Transpeninsular, que habría conectado a Yucatán y Quintana Roo, y la suspensión indefinida de la construcción del Tren de Alta Velocidad México-Querétaro.
• En el gasto corriente, se dijo que se harán reducciones del 10% en cada uno de los siguientes rubros: 1. partida de servicios personales para mandos medios y superiores; 2. gasto en plazas de carácter eventual y por honorarios y; 3. gasto destinado a comunicación social. Además, se restringirá la creación de plazas, a menos que estas sean para dar cumplimiento a reformas de disposiciones jurídicas, o para fortalecer programas prioritarios.
• El proyecto del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México se mantiene en pie, así como también los programas de conservación de carreteras federales y caminos rurales, y la construcción de caminos rurales y carreteras alimentadoras.
• Se dijo que el ajuste es una medida preventiva, que tiene como objetivo mantener las finanzas públicas sanas, y aportar certidumbre a los mercados.
• La SHCP anunció, además, que adelantaran la elaboración del presupuesto para el 2016, con el esquema de “base cero” y no inercial como había venido sucediendo hasta este año, que significa que pretenden un presupuesto en equilibrio. Para esto, se está realizando ya una revisión detallada del gasto, en acuerdo con el Banco Mundial.
• Dentro de las inquietudes de la prensa al final de la presentación de los detalles al ajuste del gasto, destacó el cuestionamiento sobre el impacto negativo que tendría esta medida en el PIB proyectado de 2015; la respuesta del Secretario fue que el efecto sería mínimo por lo que el organismo federal no modifica su rango estimado de crecimiento de 3.2% a 4.2% para este año.

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