Patricia Berry: “Los mercados hablan”
Patricia Berry
Los inversionistas nunca están ajenos a lo que ocurre en el entorno, y sus reacciones necesariamente se plasman en sus decisiones de inversión. El comportamiento de los precios, en todo momento, es tan sólo el reflejo de estas reacciones a los cambios en el entorno, y de las percepciones que generan. Los mercados, pues, nos dicen lo que piensan los inversionistas de lo que ocurre, y lo que esperan a futuro.
El dólar ha dejado de subir y titubea desde hace varias semanas, conforme crece la idea de que el Fed no subirá la tasa tan pronto como junio.
Cada vez que se conoce un reporte económico débil, cada vez que algún miembro del Fed declara que se puede esperar, el dólar deja de subir contra la canasta de monedas.
El euro ha perdido valor contra el dólar conforme la situación económica se deterioraba, y más al adoptar el banco central la creación de euros para la compra de bonos como medida de estímulo.
Pero, en las últimas semanas, la economía ha empezado a mejorar con mayor claridad. El euro seguirá bajando mientras se sigan imprimiendo euros, pero la velocidad ha cambiado.
El bono del Tesoro a 10 años, el de referencia, ha respondido a la nueva de postura del Fed con un cambio en la tendencia: la tasa de fed funds va a subir, probablemente este año, y las tasas en el mercado harán lo mismo.
Aunque la tasa ha bajado recientemente, los mínimos se han quedado muy por arriba de los niveles alcanzados en febrero.
La tasa del bund alemán a 10 años, también de referencia, no ha dejado de bajar y está a punto de llegar a 0%. También está respondiendo a la política de estímulo del banco central que, al comprar bonos en el mercado, provoca el alza de los precios, y la baja de la tasa.
Esta tendencia continuará hasta que se empiece a percibir que el banco central está cerca de terminar sus compras.
El desplome del precio del petróleo, resultado de un claro exceso de oferta, ha encontrado un respiro.
La reducción de los pozos en operación de Estados Unidos, el estímulo a la economía China, que puede aumentar la demanda, y el conflicto armado en Yemen, que ya afecta su producción, se han combinado para modificar la percepción de sobre oferta.
Hace tiempo que el oro parece haber encontrado un nivel deprecio estable, después de una fuerte caída.
No podemos esperar una nueva alza del precio del oro mientras la inflación se mantenga tan baja y el dólar tan fuerte, porque es precisamente contra lo que el oro nos protege.
El cobre es un muy elocuente indicador de la situación económica global.
El repunte más reciente es una respuesta a las medidas de estímulo de China, el mayor consumidor de cobre del mundo, que puede ser capaz de detener la percepción de deterioro global.
El alza de las bolsas de Estados Unidos parece estar perdiendo ímpetu. Cada vez les cuesta más trabajo alcanzar un nuevo máximo, cuando antes era cosa de todos los días.
Además de puro cansancio, el titubeo obedece a que la economía no acaba de despegar con fuerza y a que el Fed está buscando subir las tasas de interés. Además, el año no pinta para muy buenos aumentos en utilidades, dadas la persistente debilidad de la economía y la fortaleza del dólar, que afecta los ingresos de todas las empresas multinacionales.
El Nasdaq, en cambio, acaba de lograr un nuevo máximo histórico de cierre, superando el de 2000, cuando la burbuja de internet.
El índice de Europa despegó con fuerza justo cuando el euro comenzó su descenso.
No es ningún misterio: las utilidades de las empresas internacionales se beneficiarán de la debilidad del euro, así como la valuación de las empresas al calcularlas en dólares. Finalmente, la economía empieza a dar señales más claras de recuperación.
En resumen, las gráficas nos dicen que, por lo menos por ahora, los inversionistas están seguros de que la tendencia del dólar es al alza, pero dudan de la velocidad a la que se apreciará. Y con la baja del euro sucede lo mismo – la tendencia está clara, pero se empieza a dudar de qué tan rápido seguirá bajando. También predomina la percepción de que las tasas de interés se mantendrán bajas en Estados Unidos en el futuro previsible, si bien ya no en los mínimos históricos que alcanzaron. Y en Europa, el bono de preferencia es el de Alemania, aunque, asumiendo un poco de riesgo, haya mayores posibilidades de utilidades en los de otros países. Al oro no se le ve gran futuro en un buen tiempo, y tanto el petróleo como el cobre dependen, en buena medida de que la economía china se recupere. Finalmente, en cuanto a las bolsas, en este momento, los inversionistas parecen preferir las empresas europeas a las de Estados Unidos, a menos que se trate de las de tecnología.
También podemos deducir de las gráficas que predominan las dudas en varios mercados. Así las cosas, preferimos que se acaben de definir tendencias duraderas y mantenemos nuestra recomendación de diversificar los portafolios con 30% en acciones, 10% en bonos mexicanos y 60% en efectivo, en pesos.
¿Qué recomienda análisis?
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