México: Perspectivas económicas 2020 | #AnálisisIntercam

El 2019 fue un año particularmente difícil. La economía se estancó por factores locales e internacionales y el entorno internacional se vio afectado prácticamente todo el año, principalmente por la incertidumbre comercial y política. Sin embargo, la inflación general llegó a su objetivo desde el mes de septiembre y Banxico comenzó con lo que pareciera ser un ciclo de bajas en las tasas de interés. En cuanto al tipo de cambio, la volatilidad fue bastante limitada, donde el peso tuvo una fuerte correlación con los movimientos del yuan dada la guerra comercial; pero en los últimos días se ha fortalecido por el acuerdo comercial entre China y Estados Unidos, y por la firma a las modificaciones del TMEC.

Dado el cierre del 2019 las expectativas para el 2020 son positivas, aunque moderadas.

PIB

Esperamos un crecimiento de la economía de México del 0.99% para el 2020. El crecimiento será inferior a lo observado en los últimos años, pero mostrará una recuperación contra lo que cerraremos en el 2019. El crecimiento provendrá principalmente de una recuperación en el consumo, que esperamos aumente en 1.9% y contribuya 1.4% al crecimiento de la economía. Hay que recordar que el 60% de la economía mexicana es el consumo- tanto privado como público- y en la segunda mitad del 2019 comenzó a desacelerarse, tanto por el freno en el gasto público como por una mayor incertidumbre sobre las expectativas de la economía en el futuro.

El consumo privado deberá de crecer en el orden del 2%, mejor que el 0.9% esperado para el cierre del 2019. Las remesas siguen alcanzando máximos históricos cada mes, ayudadas por el dinamismo en la economía de Estados Unidos. Las remesas acaban siendo un factor determinante en el consumo, y esperamos que continúen en el 2020 su trayectoria positiva.

Además, la inflación ha venido descendiendo, lo que resulta en mayores ingresos en términos reales. El empleo también ha sido un factor determinante para mantener el consumo creciendo y, aunque ha disminuido el ritmo de creación de empleo, se mantiene todavía en niveles elevados. Finalmente, los programas de apoyo de corte social del gobierno también ayudarán a mantener una tasa positiva de crecimiento ya que fortalecen los ingresos disponibles entre la base de la población.

«…La falta de certidumbre pesará cada vez menos en el ánimo de los inversionistas…»

En cuanto al consumo público esperamos un crecimiento del 1.4%, una significativa mejoría comparada con la contracción esperada de (-)1.1% para el 2019 dado el freno en el gasto público originando por el cambio de administración y por una transición de gobierno más lenta de lo inicialmente anticipado.

La inversión privada, que ha sido el gran lastre de la economía mexicana desde el 2016, esperamos que aumente 1.5%. La falta de certidumbre pesará cada vez menos en el ánimo de los inversionistas, ya que a un año del cambio de gobierno pareciera que se tiene más claridad sobre los planes del gobierno y los lineamientos con los que se va a regir la nueva administración.

Adicionalmente, la reciente firma a las modificaciones del TMEC deberá ser un factor determinante para revertir la tendencia de contracción de la inversión privada. Por otro lado, consideramos que el recién firmado acuerdo para la inversión en infraestructura del sector privado deberá de ayudar a paliar la tendencia de decrementos observada en el año. Si bien no modifica sustancialmente las expectativas de crecimiento, al menos frena y revierte la tendencia. Estas inversiones son principalmente en el sector de transporte y son inversiones que los privados se comprometieron a realizar en los siguientes años, lo que le resta la incertidumbre en la ejecución del plan.

Adicionalmente, dada la contracción en la inversión en los últimos años, esperamos un ligero incremento en la misma derivado de la reposición de la depreciación con la finalidad de que las grandes empresas no pierdan participación de mercado. La inversión privada deberá de añadir 0.2 puntos porcentuales al crecimiento del PIB.

«…La inversión pública le restará 20 puntos base al crecimiento de la economía…»

Por su parte, la inversión pública seguirá contrayéndose. Esperamos una reducción de 15% al cierre del 2019 y del 8.4% para el 2020. El compromiso del gobierno de mantener finanzas públicas sanas y un superávit primario del 0.7% le dan poco margen de maniobra. Las inversiones serán destinadas a los proyectos que ha delineado la administración y aunque parecen necesarias las inversiones en los diferentes sectores de la economía, hay un claro objetivo de que las inversiones sean en Pemex. Aunque dichas inversiones pueden ser cuestionadas dada las bajas expectativas de rentabilidad, son las que ha privilegiado la presente administración. La inversión pública le restará 20 puntos base al crecimiento de la economía.

Finalmente, en cuanto a las exportaciones estamos esperando un crecimiento del 4.9%. La solidez de la economía de Estados Unidos, sumado a la firma del TMEC, permitirá que las exportaciones sean un factor determinante para el crecimiento de la economía. El consumo en Estados Unidos sigue siendo fuerte y será un sostén para que las exportaciones sigan creciendo en el 2020. Esperamos un crecimiento de la economía de Estados Unidos en el orden de 2.2%. El aumento en las exportaciones es mayor al estimado para el cierre del 2019 (3.2%) pero aún lejos del observado en el 2018.

La demanda agregada parece mostrar una dicotomía: por un lado se observan crecimientos en el consumo y en las exportaciones, mientras que la inversión pública y privada se encuentra en terreno de contracción. Mientras las primeras crecen, el resto de los componentes decrecen. Por ello, la economía se encuentra al cierre del 2019 en un franco estancamiento; e inclusive, dadas las últimas cifras económicas, pudiéramos estimar un año de ligera contracción.

Inflación

Para 2020 esperamos que la inflación se estabilice cerca del objetivo del Banco de México. Estimamos que los primeros meses del año podrían ver un repunte de la inflación a medida que los precios de energéticos retoman tasas de crecimiento más normales. Pero esta tendencia se detendrá hacia el 2T y 3T, con la convergencia de la inflación hacia su meta. Nuevas presiones inflacionarias podrían aparecer hacia finales de año, como estacionalmente lo hacen, por lo que colocamos nuestra expectativa de cierre de año en 3.35%.

Consideramos que factores como una ampliación de la brecha negativa del producto en los primeros meses del año (una economía que opera por debajo de su potencial) y la estabilidad del tipo de cambio deberían contribuir a mantener la inflación cerca del objetivo de Banxico durante 2020; aunque existen riesgos al alza. Las negociaciones salariales han seguido revisándose por arriba de la inflación (5.68% en promedio durante 2019) y se espera que el gobierno mantenga una política de recuperación de los salarios de trabajadores a través de ajustes al alza en el salario mínimo.

Si los ajustes no se corresponden con un aumento en la productividad de trabajadores, la inflación podría ser más resistente a mantenerse en el objetivo de Banxico. Además, los riesgos de finanzas públicas débiles y probables ajustes a la calificación crediticia de PEMEX y México podrían impactar negativamente en el tipo de cambio, y presionar al alza los precios en la economía.

Tipo de cambio

Para 2020 varios de los riesgos locales que podrían afectar el tipo de cambio se mantendrán, especialmente los relacionados con finanzas públicas, PEMEX y el posible ajuste de calificaciones crediticias. Consideramos que es posible que veamos ajustes a la calificación de México hacia el 2T20, especialmente si no hay recuperación en la producción petrolera y si el gobierno continúa bajo la necesidad de recortar metas fiscales por la menor recaudación. Además, esperamos ver el diferencial de tasas de interés reducirse entre México y EE.UU., minando el atractivo relativo de activos de deuda mexicana en los mercados internacionales.

Esto creemos que mermará la fortaleza del peso.

No consideramos que la FED tenga la necesidad de realizar mayores recortes a las tasas de interés en 2020 (especialmente con el disminuido riesgo comercial y una economía que se sigue mostrando firme); pero creemos que Banxico se desacoplará de la política monetaria de EE.UU. con otro recorte a las tasas de interés el 19 de diciembre y, al menos, tres recortes más de 25pb durante 2020. Esto reducirá la resistencia del peso ante eventos de volatilidad global en un entorno con riesgos locales e internacionales aún vigentes (desaceleración global, elecciones en EE.UU., aranceles). No obstante, Banxico se mantendrá precavido en los recortes y eso deberá mantener ordenadas las fluctuaciones del tipo de cambio, el cual vemos cerrar 2020 en 20.30 pesos por dólar.

Tasas de interés

Las tasas de interés continuarán su tendencia de baja en 2020. Con una inflación esperada cerca del objetivo de Banxico, sería normal ver al organismo central abandonar una postura restrictiva de política monetaria y transitar gradualmente hacia tasas de interés más bajas. Sin embargo, dado que el entorno no está exento de riesgos, no esperamos ver a Banxico recortar las tasas de interés de manera agresiva. Estimamos tres recortes de 25pb a las tasas de interés en 2020 como escenario base, para cerrar el año con una tasa objetivo en 6.5%.

La velocidad con la que alcancemos esos niveles dependerá mucho de la materialización o no de riesgos locales e internacionales, especialmente los relacionados con el tipo de cambio e inflación. De momento, consideramos que existen las condiciones para ver al menos tres recortes: la economía se ha desacelerado y no se esperan presiones inflacionarias por el lado de la demanda; además, una mayor holgura del mercado laboral dada la brecha de producto negativa deberá moderar las presiones inflacionarias de los salarios; y el contexto global de tasas de interés bajas en economías avanzadas, permite un relajamiento de la postura monetaria del Banco de México.

Riesgos

Nuestro escenario está sujeto a varios riesgos. Aunque nuestro escenario base supone un moderado crecimiento económico, está sujeto a ciertos factores que pudieran intervenir en el comportamiento de las principales variables sobre el escenario macroeconómico. A pesar de la reciente firma del TMEC, consideramos que pudieran surgir de nueva cuenta la imposición de aranceles por parte de Estados Unidos.

La postura proteccionista por parte de Trump y la posible aplicación de aranceles por motivos de seguridad nacional pudieran tener implicaciones en las tasas, el tipo de cambio e inclusive el crecimiento económico. Dada la retórica del presidente de Estados Unidos en las pasadas elecciones presidenciales, no descartamos que México represente un objetivo fácil, dada la composición de su base electoral. Las elecciones en Estados Unidos en noviembre del siguiente año pudieran generar volatilidad en el tipo de cambio.

Dentro de los factores internacionales, aunque muchos de los riesgos se han desvanecido casi por completo, creemos que podríamos ver nuevamente temores de una recesión económica en Estados Unidos o en el mundo, que acaben por mover las expectativas de los instrumentos de renta fija.

En cuanto a los factores locales, la sobre estimación de los ingresos en el presupuesto (tanto los tributarios como los petroleros) pudieran modificar el entorno de estabilidad macroeconómica. El gobierno tendrá que decidir si aumenta el nivel de endeudamiento del país, si realiza nuevamente fuertes recortes al gasto público, o si echa mano nuevamente del FEIEP, modificando a la postre las expectativas de crecimiento.

Por otro lado, la estabilidad en la producción de Pemex en un factor adicional a evaluar, si la petrolera no logra sus objetivos de producción posiblemente veamos un recorte adicional a su calificación crediticia, perdiendo por parte de las tres calificadoras el grado de inversión. Ello necesariamente tendrá implicaciones para la calificación de la deuda soberana de México. Si perdiéramos un escalón, esperamos una volatilidad limitada; pero en caso de que se rebajen dos escalones por parte de las calificadoras (perdiendo con ello el grado de inversión), habrá consecuencias importantes en el tipo de cambio, las tasas, y el crecimiento en la economía.

Finalmente, nos parece que una amenaza adicional para nuestro escenario económico son las iniciativas que siguen surgiendo en ambas cámaras del Congreso, que tendrían consecuencias importantes en la inversión y en diversos sectores productivos. La más próxima a discutirse el siguiente año es la relacionada con el outsourcing, que podría frenar inhibir un nuevo ciclo de inversión y podría reforzar la tendencia de contracción de la inversión.

Pronósticos

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