Evolución del tipo de cambio | #AnálisisIntercam

 En junio el dólar tuvo un desempeño mixto, que al ser medido por su índice comúnmente conocido como DXY, cayó -2.16% durante las tres primeras semana del mes, para posteriormente imprimir una recuperación parcial que acotó el retroceso mensual a –1.36%. En este contexto de debilidad, el peso volvió a registrar avances, no solo frente al billete verde, pero también en sus cruces contra otras divisas duras. 

Si bien el relativo debilitamiento del dólar favorece la apreciación del peso, consideramos que el fortalecimiento de nuestra moneda responde principalmente a otros factores que han prevalecido en el pasado reciente. Entre estos destacamos los flujos provenientes del exterior, como lo son las remesas que alcanzaron un máximo histórico en mayo, la perspectiva positiva sobre el proceso de relocalización de las cadenas productivas, y el diferencial de tasas de interés que si bien se ha acotado, se encuentra por encima del promedio de la última década. Adicionalmente, en el mes de junio se registraron entradas de capitales financieros en valores gubernamentales contrarrestando parcialmente las salidas observadas durante el 2023. Por otro lado, vale la pena recordar que la profundidad y liquidez de nuestra moneda favorece la amplia operatividad en los mercados financieros, en tanto los especuladores siguen “apostando” hacia la continua apreciación del peso. 

Durante julio se llevará a cabo la decisión de política monetaria de la Fed, de la cual se anticipa un incremento de 25pb en la tasa de fondos federales, lo que reduciría el diferencial de tasas entre ambos países a 575pb, por debajo de los 600 que se ha situado en los últimos meses. Sin bien, el estrechamiento no será significativo, la redacción del comunicado de la Reserva Federal será clave para saber qué tan restrictiva continuará siendo la Fed. 

Por su parte, Banxico en su última minuta indicó que la postura monetaria relativa permite un margen de maniobra para enfocarse en la inflación, lo que sugiere que es previsible afirmar que se ha alcanzado la tasa terminal, aunque de momento es prematuro hablar de recortes a las tasas de interés. 

La paridad peso-dólar mantuvo sin mayores contratiempos su tendencia descendente durante junio, alcanzando un mínimo de 90 meses el 19 de junio en 17.08 pesos por dólar, concluyendo el mes en 17.12 unidades, alejándose de su promedio de 150 días que se ubicó en 18.36 pesos por dólar. 

Así, la moneda mexicana imprimió una apreciación mensual de 3.29%, la segunda mayor en el año detrás del 3.51% de enero, con la cual logró hilar seis meses consecutivos de ganancias para el peso. En términos relativos, la moneda mexicana registró el cuarto mejor desempeño dentro de nuestra muestra, únicamente detrás del peso colombiano, el real brasileño y el rand sudafricano. Los tres tienen como común denominador altos niveles de sus tasas de política, aunque solamente el COP y el BRL presentan tasas mayores a la de México en 13.25% y 13.75%. Aunque, la tasa de política monetaria de Sudáfrica se incrementó en 50pb por segunda ocasión de manera consecutiva al cierre de mayo al tiempo que la inflación correspondiente a mayo registró una significativa moderación a 6.3% a/a (-0.5pp). 

En lo que va del año, el peso se mantiene como la segunda moneda con mejor desempeño, acumulado una apreciación de 13.9%, nuevamente detrás del COP, cuya inflación descendió por segundo mes consecutivo en mayo a 12.36%, tras llevar su tasa líder un máximo desde octubre del 1999. Mientras que el BRL se ubicó detrás de México que goza de la menor inflación en las Américas en 3.9% a/a (a mayo) y han mantenido por 11 meses consecutivos su tasa de fondos en máximos de 7 años. Finalmente, cabe señalar que el EUR regresó a terreno positivo en su cruce frente al dólar, con una apreciación en lo que va del año de 1.9%. 

Las remesas familiares alcanzaron un nuevo máximo histórico en mayo con un registro de 5,693.1 millones de dólares (mdd) que implica aceleraciones tanto en su lectura mensual que fue de 13.8% (mayor desde marzo del 2022) y anual de 10.7% (máximo de tres meses). Así, el cúmulo de los últimos 12 meses asciende a 60,804.7 mdd y a 24,666.7 mdd en lo que va del año, lo cual es 10.3% mayor a la cifra acumulada durante los primeros cinco meses del 2022. Esto presiona al alza la cuenta ingresos secundarios de la cuenta corriente, además de incrementar la oferta de dólares en el país. 

Durante junio el DXY registró un retroceso de -1.36% m/m a 102.9 puntos ante la pérdida del dólar en cinco de los seis cruces que lo conforman. Únicamente el JPY continuó retrocediendo frente al dólar por tercer mes consecutivo, en esta ocasión depreciándose un -3.4%. En general, aunque al cierre de mes el DXY se mantuvo 9.81% por debajo del máximo de 20 años alcanzado el 27 de septiembre pasado, en una ventana más amplia, continúa estando relativamente fuerte al ubicarse por encima del promedio para el periodo 2014-2022 de 95.1 unidades. En cuanto a su correlación con el peso, esta se volvió a fortalecer en junio al pasar de 0.18 entre enero y mayo de este año a 0.80 en junio, pero que se explicar más al debilitamiento del dólar durante el periodo de fortalecimiento del peso, que al avance del dólar ante un debilitamiento del dólar como históricamente ha sucedido. 

En comparación al último dato, las posiciones especulativas en contra del peso al 27 de junio cayeron significativamente en 16.8 mil hasta 20.7 mil contratos cortos, su menor nivel desde el 24 de marzo del 2020. Por su parte, los contratos largos alcanzaron 117.1 mil (+1.6 mi), dando como resultado 96.3 mil posiciones netas largas, 18.3 mil más que hace un mes. El 20 de junio se alcanzó un máximo de 39 meses en las posiciones netas largas que alcanzaron las 99.7. 

El peso continuó registrando ganancias en sus cruces contra divisas duras durante junio. El mayor avance se presentó frente al EUR con una apreciación mensual de 1.25%; mientras que contra el dólar canadiense se registró la menor ganancia de 0.7% m/m. Asimismo, en lo que va del año el peso ha ganado 24.4% frente al JPY. 

Los datos del tipo de cambio real del BIS indican que al cierre de mayo (dato más reciente), el peso mexicano continuó fortaleciéndose con su índice alcanzando las 129.1 unidades, superior a su promedio de 20 años de 122.6 puntos y máximo registro desde noviembre del 2014, cuando el índice se ubicaba en 131.5 unidades. Esta lectura indica con mayor claridad que nuestro peso se encuentra en terreno de sobrevaluación. 

Considerando estas cifras, observados una desviación de +5.6% del tipo de cambio real, ubicándolo en zona de sobrevaluación junto con otras dos monedas de la región como son el sol peruano (PEN) y el peso chileno (CLP). 

Las cifras de valores gubernamentales al 27 de junio (3 días hábiles previos al cierre de mes) muestran una recuperación en la tenencia de extranjeros por 22.1 mil millones de pesos (mmdp). Puntualmente, la recuperación provino de la demanda foránea de Bonos M por un flujo de 26.7 mmdp en el mes, seguida por Cetes con 2.3 mmdp. Aunque la salidas en Udibonos continuaron por quinto mes consecutivo por un monto de -6.6 mmdp acompañado de una salida marginal en Bondes D por -0.3 mmdp. Así, los flujos acumulados en el año indican una salida por -51.0 mmdp, con una tenencia total de bonos gubernamentales por parte de los no-residentes en 1,656.0 mmdp, el menor monto desde noviembre pasado. 

Los analistas continúan revisando a la baja sus proyecciones sobre el tipo de cambio para el cierre del 2023 y 2024. Los resultados de la última encuesta de expectativas de Banco de México ubicó (la mediana) en 18.33 pesos por dólar para este año y en 19.30 unidades para el cierre del 2024. Ambos son los menores niveles anticipados por el consenso para cada uno de estos años. Estos niveles implican una menor depreciación esperada para final del año para la moneda mexicana en relación a los niveles actuales. 

Conclusión 

El tipo de cambio inició julio con bastante volatilidad, logrando romper la barrera de las 17 unidades en el intradia de la tercera sesión del mes, para luego alcanzar 17.40 en dos ocasiones diferentes entre la publicación de las minutas de Banco de México y los datos de inflación correspondientes a junio. Esto puede ser un preludio de otro episodio de volatilidad durante el 25 y 26 de julio, fecha de la próxima reunión de política monetaria de la Fed. Al margen de la volatilidad, consideramos que la principal razón que explica la apreciación del peso son los flujos que recibimos del exterior, que indican que sigue existiendo una sobreoferta de dólares en el país. Por ello, es previsible que, si bien estimamos una moderación en las remesas y en las exportaciones, los flujos seguirán siendo importantes. No descartamos que el dólar trate de romper de nueva cuenta la barrera de los 17 pesos en el corto plazo, sin embargo, de mayor plazo existen varios riesgos que pudieran originar una moderada depreciación de nuestra moneda mas aun hacia finales del año. 

Facebook Comments