¿Cambio de fundamentales o cambio de perspectiva? | #AnálisisIntercam
Desde que comenzó noviembre y a raíz de las decisiones que ha venido tomando la nueva administración, los mercados han caído de manera considerable.
Con la cancelación del proyecto aeroportuario de Texcoco sumado a las diferentes iniciativas presentadas en ambas cámaras (comisiones bancarias, eliminar el sistema actual de afores, iniciativa minera) los mercados no han hecho más que retroceder. Las señales que ha mandado la nueva administración han generado desconfianza e incertidumbre con respecto a las políticas públicas que bien pudieran poner en riesgo la perspectiva económica de México.
Comenzando por la BMV, el IPyC ha perdido cerca de $26,415 millones de dólares en valor de capitalización en el mes de noviembre, esto representa una reducción de más del 10.1%. Medido en moneda local nuestra bolsa ha retrocedido el 20% en el año y en dólares se encuentra en los mismos niveles que en julio del 2009. Por su parte los bonos están en máximos de los últimos 10 años y el M27 ha tocado el 9.22%. El tipo de cambio ha alcanzado un máximo de $20.63 pesos por dólar lo que representa una depreciación del 4.7% en el año y del 1.4% en lo que va del mes de noviembre.
Los mercados han venido descontando el preludio de una crisis, y no estamos cercanos a ella. Empezando por los fundamentales macroeconómicos, las reservas internacionales se ubican en 173,851 millones de dólares, se espera que la economía de México crezca en el 2018 el 2%, y ligeramente menos en el 2019. Se espera que continúe la consolidación de las finanzas públicas y esperamos un superávit primario del 0.8% del PIB para el cierre del 2018. Al tercer trimestre del 2018 la inversión extranjera directa ascendía a 4,135 millones de dólares. Para el cierre del 2017, la deuda pública representaba el 46.3% del PIB. Estamos en niveles históricos de remesas, bajos niveles de tasas de desempleo y la economía sigue apoyándose de un consumo resilente.
Sin embargo, la corrección en los mercados también ha estado influida por un entorno internacional que se ha tornado negativo en semanas recientes. La constante desaceleración de Europa, el escalamiento y lejana resolución del conflicto comercial entre China y Estados Unidos que pudiera poner en riesgo el crecimiento económico de China y del mundo. La posible cima del crecimiento económico de Estados Unidos observada en el 2T18, donde se ha comenzado a descontar que la principal economía del mundo se desacelerará en los siguientes trimestres, y una política monetaria que inicia a ser restrictiva en Estados Unidos, han sido razones suficientes para originar correcciones en prácticamente todos los mercados de renta variable del mundo, lo que acaba por contaminar el sentimiento de los inversionistas.
La falta de claridad sobre políticas públicas de la nueva administración ha generado una ola de aversión al riesgo e incertidumbre, por los que las primas de riesgo (CDS) se han incrementado en más de 50 puntos en el último mes. Este aumento ha ocasionado el abaratamiento de todos los activos mexicanos, particularmente los de riesgo. A ello se le suman tasas de referencia mayores, por lo que a la hora de elegir invertir en activos de renta variable mexicanos, la relación riesgo-rendimiento comienza a apretarse.
Creemos que los inversionistas locales y extranjeros estarán atentos a dos eventos en las siguientes semanas. El primero es la toma de gobierno de AMLO el 1 de diciembre, donde se pudiera esperar un discurso conciliador que pudiera devolver algo de tranquilidad a los mercados. Uno, en el que reitere disciplina fiscal, que no se prevén modificaciones en las tasas impositivas y refrende la autonomía de Banco de México.
El segundo- y el más importante- el presupuesto del 2019, que se espera se presente el 15 de diciembre. Considerando lo que ha dicho el presidente electo y su equipo económico, se espera que el presupuesto contemple un superávit primario de cuenta corriente de 0.8%-0.9% del PIB. Esto implicaría que los ingresos menos los gastos del gobierno antes de pagar los intereses de la deuda sean de 0.8% del PIB, lo que significaría que no se tiene que aumentar la deuda pública, por lo que el nuevo gobierno estará dispuesto a continuar con el camino de la consolidación fiscal y a tener finanzas públicas sanas.
De confirmarse este evento, en ese sentido, esperaríamos un alivio en los mercados de valores, en particular una menor aversión al riesgo y menor volatilidad en la BMV. Por ello, nos parece clave esperar a que se presente el presupuesto antes de reconformar los portafolios con miras hacia el 2019.
Considerando que nuestro escenario base contempla disciplina fiscal, crecimiento económico ligeramente menor en el 2019 -pero aun con crecimiento y finanzas públicas sanas, no estamos previendo un cambio en las calificaciones crediticias del país, que serán un ancla para la inversión extranjera.
Por otro lado hay que señalar que a la fecha no se han concretado cambios importantes en los fundamentales de las empresas listadas en la BMV, y que todavía es pronto para hacer modificaciones en nuestros estimados de utilidades. No obstante, hay ciertas emisoras que han incorporado en sus precios cambios en sus fundamentales como el caso del sector bancario o en las empresas de minería que ya están descontando que las iniciativas presentadas se aprobarán.
Además nos gustaría señalar que, a pesar de la profunda corrección en los mercados, tanto de renta variable como de renta fija, es todavía pronto para señalar que ha habido una fuga de capitales extranjeros. Si bien es cierto que los volúmenes operados de la BMV han estado en niveles elevados, en los bonos que es donde se concentra la mayor parte de la inversión extranjera en activos mexicanos, y de acuerdo con cifras de Banco de México la tenencia de extranjeros en los bonos M, udibonos y cetes sigue prácticamente igual.
Los cambios han venido por parte de la duración de los instrumentos de deuda. Un punto adicional, es el tipo de cambio, que si bien ha mostrado una depreciación del 1.4% en el mes de noviembre, en el caso de haber fuga de capitales la debilidad sería inclusive mayor reflejando un tipo de cambio superior a los $21 pesos por dólar.
Y finalmente, hay que recordar que las empresas listadas en la BMV no realizan sus inversiones para los siguientes dos o tres años, ni siquiera por un sexenio, han estado aquí por años y continuarán muchos más. Si bien contemplamos que la inversión privada tendrá un freno por completo en el 2019- que será una de las mayores afectaciones al crecimiento económico de México- los capitales y las empresas se esperarán a conocer las reglas del juego, para saber en dónde el retorno sobre dichas inversiones será mayor.
A lo que se espera que, cuando se tenga una mayor claridad en el panorama se logre detonar un nuevo ciclo de inversión. Pensamos que la corrección en la Bolsa tiene que ver más con un cambio de panorama guiado por un deterioro en el sentimiento de los inversionistas, que cambios fundamentales per se. Por ello, creemos que si el mercado mexicano sigue en corrección, habrá precios que se verán atractivos y que detonen compras de oportunidad.
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