¿Por qué estamos optimistas respecto a la economía de México? | #OpiniónIntercam
Hay varios factores para pensar que la economía mexicana crecerá por arriba de su potencial este año, a pesar del decepcionante resultado del PIB del cuarto trimestre; entre los motores, sigue destacando el nearshoring.
El consenso de analistas de la encuesta de Citibanamex y de Banco de México estiman que la economía mexicana se desacelerará a un ritmo de 2.4% este año respecto al resultado de 2023, aunque vale la pena señalar que en la encuesta del mes de enero se revisó ligeramente al alza.
En Intercam, estimamos que el 2024 la economía crecerá a un ritmo de 2.7%, pronóstico semejante al que la semana anterior publicó el Fondo Monetario Internacional, en su reporte de Perspectivas Económicas.
La realidad es que existen varios factores para pensar que la economía mexicana crecerá por arriba de su potencial este año. Ello, pese al dato decepcionante del PIB del cuarto trimestre de 2023, que señaló que mes a mes la economía habría crecido tan sólo el 0.1%, y para todo el año la estimación preliminar se situó en 3.1%, por debajo de los pronósticos de casi todos los analistas.
Al margen que considero que dicha estimación es muy baja, y que a la postre se revisará al alza para haber cerrado el año en un nivel sobre el 3.3%, la fuerte desaceleración que presentaron los servicios y la industria resultó una sorpresa negativa.
Pero ¿por qué nuestros pronósticos resultan más optimistas? Veamos. De la mano de la revisión sobre la economía mexicana, el FMI también elevó sus pronósticos del PIB estadounidense, lo que podría significar que la demanda externa, aunque se moderará, seguirá fuerte, y más de lo que en un inicio se estimaba.
Eso representa buenas noticias para el sector exportador, en particular para la manufactura y el sector automotor.
Fortaleza local
Pero posiblemente nuestro optimismo proviene de la solidez de la demanda interna que estimamos que durante el primer semestre del 2024 se mantenga bastante fuerte. Y para muestra un botón.
Los datos de consumo del mes de noviembre apuntaron que avanzó a un ritmo de 5.6%, acelerándose contra el mes previo; mes a mes el incremento fue de 0.7%.
Estimamos que fundamentales que han apuntalado al consumo en el año anterior se mantendrán al inicio del 2024. De acuerdo con los datos del mes de diciembre, las remesas aumentaron 11.74% alcanzando 5,489 millones de dólares siendo el mayor registro para un mes de diciembre, y en el 2023 totalizaron 63.3 mil millones de dólares.
El mercado laboral se mantiene apretado, y los salarios deben de seguir aumentando de la mano con el reciente incremento al salario mínimo, originando que la masa salarial se mantenga en terreno positivo.
Aunado a ello, debemos recordar que en la primera mitad del año, se adelantarán los programas sociales por la veda electoral, originando un mayor ingreso disponible entre las familias. Hay que recordar que este año se tiene aprobado el déficit fiscal más elevado de los últimos 30 años, y que tradicionalmente los años electorales suelen mostrar un mayor dinamismo en la actividad económica.
Sin embargo, espero que el dinamismo del primer semestre se diluya en la segunda mitad del año, donde los retos son considerables.
Última parte de 2024 y 2025: los desafíos
Para el componente de la inversión, debemos seguir observando crecimientos importantes, no solamente ante la finalización de los proyectos insignia de esta Administración, sino también por la mayor cristalización de los anuncios de inversión privada con motivo del nearshoring.
En los últimos 12 meses los anuncios por la relocalización de las cadenas productivas ascienden a un monto de 56,664 millones de dólares.
En el ínter, vale la pena destacar que las cifras de inversión al mes de noviembre nuevamente retrocedieron, ligando dos meses consecutivos de caídas, principalmente ligadas al sector residencial. Si observamos el componente no residencial este tuvo un desempeño bastante estable.
Mis estimaciones apuntan a que el primer semestre de 2024 será positivo en términos de actividad económica, con una sensible desaceleración en la segunda mitad del 2024.
¿Y para el 2025? Ahí si me encuentro menos optimista, porque tradicionalmente el cambio de administración ha representado un reto en el gasto ante la puesta en marcha de nuevas políticas públicas.
Colaboración para: Fortuna: Negocios y Finanzas
Fuente: Alejandra Marcos, Directora de Análisis y Estrategia de Intercam Casa de Bolsa.
Síguela en Twitter: @alemarcosi
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