La Lucha por Lograr un Acuerdo se Prolonga por un Día Más en el Capitolio
Los republicanos en la Cámara de Representantes se mantuvieron este viernes en su posición de buscar cambios en la nueva ley de salud federal como condición para reabrir el gobierno y criticaron al presidente Barack Obama de negarse a negociar, afirmando que no se trata de “un maldito juego”.
“Todo lo que estamos pidiendo es sentarnos y tener una discusión y traer justicia a los estadounidenses bajo el Obamacare“, dijo el representante John Boehner luego de una reunión con su bancada en la Cámara Baja.
Los republicanos en la Cámara de Representantes han presentado varios proyectos de presupuesto que han sido rechazados en el Senado, controlado por los demócratas, porque socava el proyecto de salud de Obama, el llamado Obamacare. El presidente Obama sostiene que dicha ley, cuya legalidad ya fue validada por la Suprema Corte, no puede detenerse.
“Estamos ganando, no nos importa” cuánto dure el cierre del gobierno “porque lo que importa es el resultado final”, dijo un alto funcionario del gobierno este viernes al The Wall Street Journal. Boehner respondió ante la prensa alzando la voz que el bloqueo financiero “no es un maldito juego”.
El secretario de prensa de la Casa Blanca, Jay Carney, calificó a través de Twitter la situación como “absurda”, y afirmó que el presidente es el más interesado en que termine el cierre del gobierno.
Obama insistió este viernes en que la Cámara de Representantes “tiene la oportunidad” para terminar con el cierre, el cual “podría terminar hoy”. Aunque dijo que no se niega a negociar, aseguró que no se puede hacer “con un arma en la cabeza de los estadounidenses”, en alusión a las exigencias de los republicanos.
Sobre el comentario atribuido a un integrante de su equipo, el presidente afirmó que “no hay ganancia” con la situación actual, ya que “nadie gana” mientras existan cientos de miles de personas fuera de sus puestos de trabajo.
Desde el martes pasado, Estados Unidos suspendió algunos servicios no esenciales de la administración pública y envió de vacaciones forzadas a unos 800,000 funcionarios por la falta de acuerdo sobre el presupuesto en el Congreso.
Extraído de CNN México
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