Hablemos de Nearshoring 7.0 | Boletín Trimestral
IED en México se estanca

En México, se captaron 36,872 millones de dólares (mdd) entre enero y diciembre de 2024 por concepto de Inversión Extranjera Directa (IED), de tal manera que la IED creció 1.1% con respecto a la reportada en 2023, de acuerdo con las cifras publicadas en la balanza de pagos correspondiente al 2024 por parte de Banco de México. En el 4T24, la IED fue de 676 mdd, lo que representa una caída respecto al mismo periodo del año previo, cuando se registraron 1,236 mdd.
Cabe resaltar que durante el 2024 se vivió un proceso de más de 70 elecciones presidenciales a nivel global, en donde cerca de la mitad de la población global eligió a sus gobernantes. En este sentido, es natural pensar que la IED pudiera moderarse ante un entorno de elevada incertidumbre.

Por componentes de la Inversión Extranjera Directa y para el periodo enero-diciembre de 2024, encontramos que ingresaron al país 28,710 mdd por concepto de reinversión de utilidades, comparados con los 26,639 mdd registrados en 2023. Por su parte, las nuevas inversiones sumaron 3,169 mdd en todo 2024, por debajo de los 5,217 mdd que se registraron en el año anterior. Finalmente, las cuentas entre compañías registraron entradas por 4,994 mdd en 2024, un aumento con respecto a los 4,610 mdd captados en 2023.
De esta manera, es importante mencionar que al cierre de 2024, el comportamiento de la reinversión de utilidades se mantiene en niveles elevados, pese a haber registrado una salida por -1,640 mdd en el 4T24. Adicionalmente, durante el periodo octubre-diciembre del 2024, la IED captada por México fue impulsada en su mayoría por recursos de cuentas entre compañías, que sumaron 1,532 mdd, representando el 226% de la IED total del trimestre, es decir, sin estos flujos, la IED hubiera registrado una salida. Recordamos que las cuentas entre compañías se refieren a dinero que presta la matriz extranjera a su filial en territorio mexicano, así como inversión en activo fijo por empresas maquiladoras con dinero del exterior.
Las cifras de Inversión Extranjera Directa en 2024 muestran un panorama de relativa debilidad. Por un lado, la captación total claramente se está estancando, al igual que las nuevas inversiones que han retrocedido, por lo que no reflejan la cristalización de anuncios que se han estado publicando desde el año 2023.
En este sentido, no descartamos que el 2025 pueda ser un año débil en términos de captación de inversión extranjera directa, sobre todo por las diferentes amenazas arancelarias que enfrenta nuestra economía y el mundo entero. Anecdóticamente, los medios de comunicación de México y Estados Unidos reportan que diversas empresas están pausando inversiones en México en diversas industrias a la espera de mayor certidumbre en las relaciones comerciales.
La producción industrial de Estados Unidos podría impulsar el comercio exterior
Las perspectivas de recuperación en la producción industrial en Estados Unidos serán clave para anticipar la trayectoria del comercio internacional de nuestro país. Recordemos que en 2023 y 2024 se registró un crecimiento promedio de -0.1% a/a en la producción industrial americana, cifras claramente decepcionantes y que en buena parte explicaron la desaceleración que enfrentó México en el comercio exterior. Sin embargo, en este año la situación podría mejorar, ya que en Estados Unidos se espera que la producción industrial crezca en 0.9% en 2025 y en 1.2% en 2026, según datos de la Encuesta de Pronosticadores Profesionales del Banco de la Reserva Federal de Filadelfia.
En diversos análisis hemos comentado que el comercio exterior de México y la producción industrial de Estados Unidos están íntimamente ligados a través de la proveeduría y las cadenas de valor, de tal manera que lo que ocurre en EE.UU. termina impactando en nuestro país. Para muestra, históricamente entre el 2000 y el 2024, la correlación entre el comercio exterior de México (excluyendo el petróleo) y la producción industrial de Estados Unidos es de 0.88.


Exportaciones mexicanas y su especialización
México es un pilar clave en la cadena de suministro de Estados Unidos, gracias a su proximidad geográfica, un tratado de libre comercio y costos competitivos. Su importancia ha crecido de manera significativa en las últimas décadas, respaldada por cuatro factores principales: 1) México se ha consolidado como el principal socio comercial de EE.UU., desplazando a China en periodos recientes; 2) su integración en manufactura avanzada ha permitido que industrias como la automotriz, aeroespacial, electrónica y de dispositivos médicos dependan cada vez más de sus plantas y proveedores;3) el fenómeno del Nearshoring ha acelerado el establecimiento de nuevas inversiones extranjeras en el país, fortaleciendo su papel dentro de las cadenas globales de suministro; y, por último, el T-MEC ha reforzado la integración productiva y asegurado condiciones favorables para la relocalización de manufactura en la región.
En este contexto, entre 1995 y 2023, México ha evolucionado de una economía basada en la exportación de materias primas a un Hub manufacturero global, elevando su complejidad económica y consolidándose como un proveedor esencial de bienes de alto valor agregado para EE.UU. Este cambio estructural se ha reflejado en un crecimiento de más de siete veces en el volumen de exportaciones, pasando de 82.7 mil millones de dólares en 1995 a más de 603 mil millones en 2023.
Hace tres décadas, el portafolio exportador mexicano estaba dominado por productos de menor sofisticación, con el petróleo crudo representando el 8.85% del total, seguido de bienes manufacturados de baja complejidad como cableado eléctrico, autopartes y motores de combustión interna. Si bien la exportación de autos ya tenía una participación relevante con el 9.11% del total exportado, su integración con la manufactura estadounidense aún estaba en una etapa temprana, y sectores clave en la actualidad, como la electrónica y el de dispositivos médicos, eran prácticamente inexistentes. En contraste, para 2023, la estructura exportadora de México refleja un avance significativo en términos de sofisticación y especialización industrial. El sector de autos ha expandido su peso hasta representar el 10.7% de las exportaciones, con un crecimiento notable en la producción de camiones de carga, tractores y autopartes de precisión, fortaleciendo su papel dentro de la cadena de suministro de Norteamérica.
El sector tecnológico también ha registrado una expansión sustancial, con las exportaciones de computadoras representando el 4.9% del total en 2023, lo que evidencia una mayor integración en la manufactura global de hardware. Aún más significativo es el ascenso de la industria de dispositivos médicos, que ha alcanzado el 2.92% de las exportaciones, impulsado por la consolidación de clústeres especializados en Baja California y Jalisco, y respaldado por una creciente inversión extranjera en este sector. Este proceso ha ido acompañado de una reducción en la dependencia del petróleo, cuya participación ha caído a 5.34%, reflejando un desplazamiento gradual hacia industrias con mayor intensidad de conocimiento y contenido tecnológico.
Más allá del sector industrial, la transformación económica de México también ha impactado la agroindustria, donde productos con denominación de origen, como la cerveza y el tequila, han duplicado su relevancia en los mercados internacionales, reflejando un mejor posicionamiento competitivo a nivel global. Este desarrollo no ha sido aleatorio, sino el resultado de una combinación de inversión extranjera directa, políticas comerciales estratégicas y una creciente integración en las cadenas globales de suministro.
El análisis de la evolución exportadora entre 1995 y 2023 ilustra claramente un desplazamiento estructural hacia productos con mayor valor agregado, un cambio que ha sido impulsado en gran medida por la inversión extranjera directa, la consolidación del T-MEC y la creciente adopción de estrategias de Nearshoring por parte de empresas multinacionales. La transformación de México en un proveedor clave de manufactura avanzada no solo responde a cambios en la demanda externa, sino que también refleja un fortalecimiento estructural de su capacidad productiva y eficiencias en costos, consolidándolo como un actor cada vez más relevante dentro de la economía global y, en particular, dentro de la cadena de proveeduría de Estados Unidos.


Especialización del Nearshoring en los Estados de México – CEPAL
La CEPAL publicó en su más reciente informe “La Inversión Extranjera Directa en América Latina y el Caribe – 2024” una metodología para analizar la especialización a nivel subnacional o estatal, sobre la Inversión Extranjera Directa. Para todo fin práctico, si un Estado recibe más inversión extranjera en un sector de lo que se recibe a nivel nacional, ambas como porcentaje, es posible asumir que dicho estado tiene una especialización relativa en el sector.
Entre el año 2005 y el 2021, en nuestro país se anunciaron cerca de 6,500 proyectos de inversión extranjera directa por un monto total de 389.5 mil mdd, de los cuales nueve estados (Nuevo León, Guanajuato, Ciudad de México, Coahuila, Baja California, Querétaro, Estado de México, Jalisco y Chihuahua) concentran el 50% del monto total y acumulan más de 4 mil anuncios en proyectos de inversión. Por su parte, la CEPAL encuentra que de los 29 sectores sólo 5 atraen más de la mitad de la inversión, siendo: i) autos y autopartes, ii) telecomunicaciones, iii) transporte y almacenamiento, iv) energías renovables y v) alimentos y bebidas.) A su interior, el sector con mayor concentración es autopartes con 23.6% de la inversión y el 15% de los anuncios y le sigue, a distancia, telecomunicaciones con 9.3% de la inversión y 3.4% de los anuncios.
Como se puede observar en el análisis de resultados estatal, los 9 estados con mayor concentración de inversión presentan un alto grado de diversificación en su inversión extranjera, ya que reciben de entre 22 a 27 sectores según sea el estado. Sin embargo, lo más interesante de esto, es que estados como Guanajuato y Coahuila tienen una especialización en sus sectores muy específica. Por ejemplo, el primero tiene una especialización relativa en solo 4 de los 24 sectores y el segundo en 6 de los 22 que tiene. Además, al revisar la participación del sector predominante, autos y autopartes par ambos, encontramos que explica más del 50% de la inversión que reciben dichos estados.
Otros ejemplos de sectores predominantes en cada estado pudiera ser al observar los casos de Oaxaca y Tabasco, que tienen preponderancia de 86% y 81%, respectivamente en los sectores de energías renovables y carbón, petróleo y gas, en el mismo orden. De igual manera, está el caso de Aguascalientes, con una participación del 66% en el sector de autos y autopartes.
Por su parte, la CEPAL reporta que hay sectores que se encuentran con una amplia presencia en buena parte de la república como el de alimentos, bebidas y tabaco (30 estados), seguido de transporte y almacenamiento (29) y autos y autopartes (28), mientras que el sector de software y servicios informáticos se encuentra en dos estados, aunque Yucatán tiene el 96% de los 135 mdd de inversión extranjera, el sector de cuidado para la salud en 5 estados y el de materiales de construcción en seis.
En este análisis, la CEPAL presenta una radiografía muy clara sobre la distribución y especialización de la Inversión Extranjera a lo largo de los estados de la república. Si bien los datos presentan cierto rezago, al tratarse de inversión de largo plazo, las estructuras económicas de los estados tienden a cambiar poco a lo largo del tiempo. Será clave ir analizando si esta situación presenta cambios en las próximas revisiones que realice.

¿Cómo vamos en la balanza comercial? Enero 2025
En el primer mes del año, se registró un déficit comercial (exportaciones menos importaciones) de 4,558 millones de dólares (mdd), que se compara con un déficit reportado un año atrás de 4,134 mdd.
En enero del 2025, las exportaciones sumaron 44,446 mdd, con un crecimiento anual de 5.5%, impulsado por un aumento de 8.7% en las exportaciones no petroleras, mientras que las petroleras cayeron -40.6%. Dentro de las exportaciones no petroleras, las manufactureras avanzaron 8.8%, destacando un crecimiento en maquinaria y equipo especial para industrias diversas de 54.1%, en productos de la minerometalurgia de 27.3% y en equipo profesional y científico de 14.3%, de alimentos, bebidas y tabaco en 8.2% y de equipos y aparatos eléctricos y electrónicos 2.8%. Sin embargo, las exportaciones automotrices registraron una contracción de -2.0%, reflejando una caída de -3.1% en las ventas a Estados Unidos, parcialmente compensada por un incremento de 5.2% en otros mercados.
En cuanto a las importaciones, estas totalizaron 49,004 mdd, con un crecimiento anual de 5.9%, impulsado por un avance de 5.0% en las petroleras y de 6.0% en las no petroleras. A nivel de clasificación por tipo de bien, las importaciones de bienes de consumo disminuyeron -5.6%, reflejando una caída de -8.8% en bienes de consumo no petroleros, mientras que las petroleras aumentaron 23.1%, impulsadas por mayores compras de gasolina y gas butano y propano. Las importaciones de bienes intermedios, que representan la mayor parte del total, crecieron 10.4%, lo que sugiere una posible continuidad en la expansión de la producción manufacturera en los próximos meses. En contraste, las importaciones de bienes de capital cayeron -8.5%, lo que podría indicar una desaceleración en la inversión en maquinaria y equipo.
En general, las cifras de balanza comercial arrancaron el primer mes del año con un déficit ligeramente mayor al del año pasado, aunque no fuera de su comportamiento estacional de los últimos años. De momento el déficit no preocupa, ya que si las importaciones de bienes intermedios repuntan, se puede inferir que las exportaciones podrían seguir avanzando en los próximos meses. Además, el crecimiento sostenido de las exportaciones no petroleras, en particular de las manufactureras y agropecuarias, sugiere que la demanda externa sigue siendo sólida, lo que podría contribuir a un mejor desempeño comercial en el resto del trimestre, siempre y cuando no haya disrupciones en las cadenas de suministro o una desaceleración en los principales socios comerciales de México.


Conclusiones
Recientemente se ha argüido -a la luz de las cifras de Inversión Extranjera Directa- que no hay evidencia del nearshoring y que hemos perdido la oportunidad. Sin embargo habrá que poner en tela de juicio dicho argumento, pues México es el principal socio comercial de Estados Unidos, y a pesar de que nuestras exportaciones han mostrado cierta ralentización, esto se debe principalmente al nulo crecimiento de la producción industrial de Estados Unidos, en tanto lo que podemos señalar es que hemos ganado participación de mercado en las importaciones que realiza ese país a nivel global.
No obstante lo anterior, es cierto que las expectativas de ver una Inversión Extranjera Directa han quedado reducidas a la reinversión de utilidades. Es posible que ante el acomodo en el tablero de la geopolítica a nivel global, la IED esté en modo pausa, más aun en el caso de nuestro país, pues los capitales quieren tener certeza de las reglas del juego, en particular en la relación bilateral y comercial con Estados Unidos.
Consideramos que, la integración de América del Norte será una realidad plausible en los siguientes años, al margen del ruido inmediato de los aranceles y de la próxima revisión del TMEC.

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