El súper peso en el comercio exterior | #AnálisisIntercam

En los últimos 24 meses, nuestra moneda ha mostrado un comportamiento sumamente defensivo. De acuerdo con los datos más recientes del BIS el peso mexicano se encuentra sobrevaluado en 15.0% (en términos reales y respecto a su promedio de largo plazo) y ha mostrado una apreciación del 19.2% (en términos nominales, en tanto, en los últimos 12 meses el peso se ha fortalecido 5.0% en términos nominales. 

Mucho se ha comenzado a dilucidar sobre los efectos del “súper” peso en nuestra economía. El más evidente, es la pérdida del poder adquisitivo de las remesas, que a pesar de continuar creciendo en dólares han minado la capacidad de compra de los consumidores. Empero, vale la pena señalar que el consumo privado se ha mantenido resiliente, apoyado por los programas sociales, las condiciones estrechas del mercado laboral, así como un crédito al consumo que se mantiene creciendo a un ritmo de doble dígito. 

De la misma manera, se han trazado algunas expectativas sobre la balanza de turismo, ya que frente a un peso fuerte, resulta menos atractivo para el turista extranjero viajar a destinos mexicanos. No obstante lo anterior, en los principales destinos turísticos, el tráfico de pasajeros internacional muestra un comportamiento favorable. Para muestra, en Cancún, el tráfico internacional en el acumulado de 12 meses liga un 3.7% de crecimiento, para Los Cabos asciende a 0.8%, y en Puerto Vallarta a 4.8%. 

Si bien es cierto que la fortaleza de nuestra moneda ha tenido implicaciones considerables, la afectación ha sido heterogénea por sectores y por industrias. Para las empresas listadas en las bolsas de valores es visible una clara afectación en los ingresos y las utilidades de las compañías que tienen operaciones en el exterior. 

Pero quizá el efecto más predecible sería en el comercio internacional, pues la teoría sugiere que una depreciación del tipo de cambio aceleraría las exportaciones debido a que “abarata relativamente” su valor en dólares y viceversa. Para comprar el mismo bien al que exportamos se necesitarían menos pesos que antes para comprarlo, por lo que, todo lo demás constante, deberíamos ver una mejoría o un menor déficit en la balanza comercial. Para las importaciones, el efecto sería el contrario a las exportaciones. 

Sin embargo, estudios del Fondo Monetario Internacional y el BIS encontraron evidencia en que la mayoría de los exportadores normalmente compran en dólares sus insumos, por lo que tienen mayores incentivos a facturar también sus precios finales en dólares. Adicionalmente, señalan que las exportaciones en el corto plazo pueden llegar a ser insensibles a la depreciación de una moneda debido a que el impacto competitivo del tipo de cambio puede verse equilibrado o atenuado dentro de la misma cadena de producción a través de los insumos; o bien de una demanda en el exterior que se mantiene fuerte. No obstante lo anterior, los efectos pueden tomar cierto tiempo para materializarse completamente. 

Al cierre del año pasado el peso mexicano se ubicó en 16.72 pesos por dólar, 2.53 pesos debajo de su nivel de cierre en 2022 o 13.0% de apreciación. A pesar de lo anterior, las exportaciones expresadas en dólares crecieron en 2.6%, y las manufactureras y de autos en 4.0% y 14.3%, respectivamente. 

Sin embargo, con las cifras previamente mencionadas es imposible distinguir el efecto de la apreciación del tipo de cambio sobre: i) el volumen de exportación y ii) el efecto sobre el precio. 

Para este análisis utilizamos las cifras de valor unitario (que de ahora en adelante llamaremos precio) y de volumen implícito (que será volumen) que publica Banco de México y que se encuentran disponibles hasta febrero del 2024. Para eliminar el efecto del precio del petróleo y otros commodities decidimos centrar el análisis en las exportaciones no petroleras manufactureras y en las importaciones no petroleras. 

Exportaciones 

Al separar las exportaciones en precio y volumen encontramos que durante el 2023 la fortaleza del peso no desincentivó el volumen de exportación en las no petroleras, manufactureras y automotrices, ni tampoco redujo el precio fijado en dólares, por lo que a primera vista parece que los hallazgos del FMI sobre la poca elasticidad de las exportaciones se sostiene. En las exportaciones automotrices se encuentra evidencia de aceleración en el volumen durante 2023, lo cual también soporta que hay poca elasticidad o el tipo de cambio parece jugar un rol pequeño. Por supuesto, este breve análisis no considera los esquemas de costos, lo cuales, acorde a la evidencia anecdótica han mencionado un encarecimiento considerable de los costos laborales, presumiblemente por los incrementos en el salario mínimo y la mayor fortaleza que están teniendo los sindicatos, pero también costos de transporte, materias primas internas, entre otros 

Al hacer zoom en las exportaciones manufactureras encontramos que las variaciones entre el precio y el volumen de las exportaciones generalmente se observan en la misma dirección aunque en diferente magnitud. En el caso de los rubros pertenecientes a las secciones de máquinas y material eléctrico podemos observar que durante 2023 las exportaciones mostraron un repunte tanto en precio como en volumen, lo cual resulta contra intuitivo dado que la teoría nos diría que estos productos son menos competitivos en el mercado internacional al ser relativamente más caros con la apreciación del tipo de cambio. En el caso de las autopartes sí observamos una disminución en los volúmenes de exportación al cierre del año anterior que podría deberse a la apreciación del peso, sin embargo, el precio se mantuvo en niveles similares y las exportaciones automotrices presentan crecimientos positivos y una clara tendencia al alza en volumen. 

En este sentido, la evidencia en México refuerza lo ya estudiado por el FMI que el tipo de cambio no afecta el volumen de las exportaciones en el corto plazo y responde más a los requerimientos de la demanda externa, sin embargo hacia el mediano plazo sí pudiéramos anticipar un impacto en los volúmenes. 

Importaciones 

Una apreciación del tipo de cambio aceleraría las importaciones debido a que “abarata relativamente” su valor en dólares, es decir, que ahora el valor del mismo bien que queremos importar requiere de menos pesos que antes para comprarlo, por lo que, todo lo demás constante, deberíamos ver un incremento en las importaciones. En apoyo a dicha teoría, el Fondo Monetario Internacional ha encontrado evidencia en que en el corto plazo el efecto de una apreciación en el tipo de cambio se observa primero en las importaciones y con el paso del tiempo en las exportaciones. 

Las importaciones no petroleras expresadas en dólares crecieron en 3.0% en 2023, y al separarlas por tipo de bien en intermedios y consumo no petrolero, y de capital tuvieron variaciones anuales de -1.8%, +25.1% y +20.0%, respectivamente. Al igual que las exportaciones, debemos dirimir entre el volumen y el precio para identificar si la fortaleza del peso ha originado un aumento significativo de las importaciones. 

En el caso de las importaciones de bienes intermedios el volumen se han mantenido prácticamente estancado durante el 2023, ya que, creció en 1.1% respecto a su nivel de 2022, pese a que el precio cayó 2.8%, sugiriendo que dichas al ser utilizadas para la exportación se ven poco influenciadas con la paridad cambiaria y atienden más a un tema de demanda externa. Sin embargo, lo anterior es distinto para las importaciones de bienes de consumo no petrolero y de bienes de capital, ya que, como observamos en las gráficas el volumen de bienes se incrementó en 15.7% y 14.7% en 2023, respectivamente, a pesar de que los precios también subieron en 8.2% y 4.9%, en el mismo orden. Lo anterior, deja ver una primera evidencia en que las importaciones de bienes de consumo no petrolero y de bienes de capital parecen ser sensibles en el volumen a eventos de apreciación cambiaria. 

Conclusión 

Este análisis arroja a primera instancia que en el corto plazo, la apreciación de nuestra moneda no pareciera haber tenido un efecto importante en las exportaciones (considerando que para nuestro análisis, el grueso de las exportaciones son manufactureras y que representan el 93% de las exportaciones no petroleras), lo anterior se sustenta en: 1) una gran parte de exportadores necesita productos importados para la manufactura y a la postre la exportación 2) la demanda exterior tiene un mucho mayor peso en el comportamiento de los precios y los volúmenes. Sin embargo en el largo plazo, es toral seguir la evolución del peso mexicano y sus determinantes, ya que de continuar en los niveles actuales de fortaleza, puede implicar una compresión de márgenes para los exportadores vía menores ingresos. 

Del lado de las importaciones, a primera instancia, la evidencia sugiere que la apreciación del peso tuvo que ver con el incremento en la demanda de bienes importados, en especial en los bienes de capital, ya que es posible suponer que los importadores han aumentado la demanda de dichos productos porque consideran que en el tiempo pueden subir de precio, en tanto el peso se encuentra sobrevaluado, a la par de perspectivas positivas para la inversión por los proyectos emblema del gobierno saliente y el nearshoring. 

Facebook Comments