El sorprendente dato de la inversión | #OpiniónIntercam
Resulta evidente que la inversión se está acelerando, y que el componente que había estado ausente, la Construcción, está en vías de recuperación
Por Alejandra Marcos, directora de Análisis y Estrategia en Intercam Casa de Bolsa
Durante mayo la inversión fija bruta (IFB) de la economía mexicana mostró un crecimiento del 17.4% en términos anuales, dato muy superior al consenso.
De manera mensual se aceleró a 4.5% también sobresaliente, siendo el mayor incremento desde mediados de 2020. Al interior las dos categorías muestran una expansión de doble dígito.
La construcción aumentó 13.2% impulsada por la actividad no residencial, mientras que el sector residencial aun muestra un rezago importante. El otro componente, maquinaria y equipo, creció 22%.
En términos secuenciales, la construcción fue mayor en 7.6% y la maquinaria y equipo en 1.2%.
Pareciera que finalmente estamos observando un repunte fuerte en la inversión.
Considerando los datos del mes de mayo, la inversión fija bruta superó los niveles prepandemia en 13.2% y se colocó como el nuevo máximo histórico.
Desde al año 2018 la IFB se había mantenido en terreno de contracción ante incertidumbre local e internacional, en el 2020 por ejemplo, cayó el 17.7% por la pandemia, y en el 2021 repuntó fuerte a 10.7%.
En el 2022 siguió la trayectoria de recuperación al haber registrado un aumento del 6%.
Este año ha sido sorpresivo, se esperaba que fuera un año de crecimiento mucho más moderado, pero el 2023 será otro año positivo con estimaciones de crecimientos superiores al 7%.
A medio tramo
Mucho se ha señalado que la falta de inversión en México mina el potencial de crecimiento de largo plazo en nuestra economía.
Y si queremos crecer más allá del 2% ritmo al que hemos registrado en los últimos 30 años, la inversión debe representar al menos el 25% del PIB.
A la fecha representa el 19.5%.
Es evidente que uno de los factores que ha apoyado el crecimiento de la actividad económica en nuestro país en esta primera mitad del año, ha sido justamente el repunte en la inversión.
El consumo, que se ha mantenido fuerte, muestra tasas de crecimiento más moderadas en el margen.
La inversión, ante el fuerte rezago que había presentado, parece ser uno de los factores torales que explica el crecimiento de la economía en el 2023.
Sin embargo, no es momento de hacer sonar las campanas, hay que tomar las cosas con cautela, el repunte de la inversión fija bruta en este año es atribuible por un lado a la inversión pública, y por otro a un incremento considerable de la actividad de las fibras ante las crecientes expectativas de la relocalización de cadenas de valor.
Básicamente es la construcción no residencial.
En espera
En lo que se refiere a la inversión pública la administración tiene cierto apremio de completar los proyectos prioritarios, tales como el tren maya, el aeropuerto de Tulum, ampliaciones de puertos marítimos, la refinería, entre otros.
Si bien la inversión pública tiene el potencial de apoyar el crecimiento futuro de la economía, es probable que, en el mejor de los casos, en esta ocasión su contribución sea reducida, a juzgar por la dudosa rentabilidad productiva y social de los proyectos emblemáticos, los cuales concentraron la mayor parte del gasto gubernamental de capital.
Es muy pronto para señalar que estamos frente a un nuevo ciclo productivo que detonará el crecimiento potencial de la economía.
El crecimiento en la inversión pública contribuye a la derrama económica, pero está lejos de incentivar un cambio estructural. En tanto el crecimiento en infraestructura logística apenas logrará virar el potencial económico.
Colaboración para Fortuna Negocios y Finanzas
Fuente: Alejandra Marcos, Directora de Análisis y Estrategia de Intercam Casa de Bolsa.
Síguela en Twitter: @alemarcosi
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