Duradero o Efímero
Por: Manuel Guzmán M
La semana pasada comentamos que la Comisión de Cambios (CC) había decidió instrumentar una serie de medidas encaminadas a reducir el ritmo de acumulación de las reservas internacionales de Banco de México durante los siguientes tres meses, destinando estos recursos al mercado cambiario.
Estas medidas consisten, 1) en realizar subastas diarias por 200 millones de dólares (md) a un tipo de cambio mínimo, equivalente al tipo de cambio Fix del día hábil anterior más 1.5%, y 2) subastas diarias por un monto de 52 md sin precio mínimo durante los siguientes tres meses; después de este periodo la CC evaluará la pertinencia de extender este mecanismo.
Igualmente señalamos que “lo importante de la medida dada a conocer el pasado 11 de marzo es que Banco de México mandó una señal clara de que cuenta con una enorme cantidad de recursos, y que está dispuesto a utilizarlos en caso de ser necesario. Este mensaje, sin duda, incrementa sustancialmente el riesgo de desafiar al peso”
Es interesante ver lo acontecido en la Convención Bancaria realizada en Acapulco el pasado fin de semana. Esta reunión tuvo como características un acercamiento del Secretario de Hacienda con los bancos de México, lo que augura un trabajo más coordinado y estrecho entre la autoridad financiera y el sector bancario.
Adicionalmente, y relacionado precisamente con el tema cambiario, el Gobernador de Banco de México, Agustín Carstens, señaló la disposición del Instituto Central para adoptar medidas adicionales con el fin de garantizar una liquidez adecuada del mercado cambiario y reducir la volatilidad excesiva del tipo de cambio.
Efectivamente, el Gobernador de Banco de México, destacó durante la 78° Convención Bancaria, que la CC está evaluando la posibilidad de realizar subastas discrecionales de dólares con el propósito de hacer frente a la debilidad de la moneda y evitar que cotizaciones extremas y sin sentido económico pudieran distorsionar las expectativas de inflación.
Inmediatamente después de esta declaración, el peso tomó nuevos bríos y rompió con contundencia la barrera de los 15 pd, alcanzando el día de ayer una cotización mínima de 14.92 pd, lo que significa una revaluación en una semana de 5%. Esta fuerte apreciación enfatiza el hecho de que, efectivamente, había agentes económicos que estaban apostando en contra del peso y que con las medidas adoptadas, hoy registran pérdidas importantes.
Claramente, el mercado cambiario se ha “limpiado” y esto ha contribuido a que el peso haya recuperado terreno frente al dólar. No obstante, es importante preguntarnos si este fortalecimiento es duradero o es efímero, es decir, si el peso podría continuar con esta tendencia de apreciación o si ya vimos los niveles mínimos, y hacia adelante se podría esperar más bien un movimiento de debilidad.
Como siempre cuando se habla del tipo de cambio, hacer pronósticos es altamente complicado; no obstante, más allá de tratar de establecer niveles puntuales sobre la cotización futura del peso, me parece que resulta más relevante establecer qué tipo de tendencia se podría observar para el resto del año.
Más allá del hecho de que el fortalecimiento del peso ha sido muy fuerte y rápido, lo que podría sugerir un rebote técnico, habrá que tener en consideración varios factores que podrían determinar la trayectoria del tipo de cambio.
Un elemento fundamental que el propio Instituto Central ha señalado en diversas ocasiones, es la drástica caída de los precios del petróleo. En este sentido, se observa una alta correlación entre el declive de los petro precios y la pérdida de valor del peso. En este sentido, hay que tomar en cuenta que el problema del mercado petrolero no se resolverá en el mediano y largo plazos, es más, es altamente probable que se observen aún menores precios del petróleo ante la fuerte acumulación de inventarios y la alta probabilidad de que estos inventarios se inyecten al mercado mundial.
Si bien esta caída de los precios del petróleo tendría una duración de tres o cuatro meses, hasta que el exceso de inventarios sea consumido, claramente podría resultar en presiones adicionales en la cotización de las monedas de los países emergentes, incluyendo, por su puesto, al peso.
Adicionalmente, es importante tener en cuenta que los indicadores económicos de Estados Unidos, producción manufacturera, confianza del consumidor, ventas al menudeo, adquisición de bienes duraderos, etc. indican que el Pib de ese país registra una sensible desaceleración en el primer trimestre del año. De esta forma, en la medida en que efectivamente ha trascendido este análisis, el dólar ha perdido valor frente a las diferentes monedas del mundo.
Esto nos debe alertar sobre el hecho de que una parte de la apreciación del peso se debe, como lo hemos comentado, a las medidas llevadas a cabo por Banco de México, pero también al debilitamiento intrínseco del dólar, resultado de una menor actividad productiva. Sin embargo, la menor actividad económica del país más importante del mundo, es coyuntural y se revertirá a partir del segundo trimestre, lo que favorecerá nuevamente un mayor fortalecimiento del dólar.
Este escenario de desaceleración en Estados Unidos, podría llevar a que la Fed retrasara su decisión de iniciar el ciclo de alza en las tasas de interés hasta septiembre, y quizá dichos incrementos, dado el crecimiento más modesto de la economía, sean más discretos. Sin embargo, es claro que este mismo año empezaremos a ver un cambio en la política monetaria de Estados Unidos, y esto será una fuente adicional de presiones para las monedas del mundo.
Así las cosas, me parece que el potencial de apreciación del peso es cada vez más limitado, y que durante el segundo semestre es altamente probable que observemos un tipo de cambio más débil, lo que implica que la CC se mantendrá activa a fin de evitar la falta de liquidez y los movimientos desordenados en el mercado cambiario.
Manuel Guzmán M. es Director Ejecutivo de Administración de Portafolios y Estrategia de Inversión de Intercam Grupo Financiero, maguzmanm@intercam.com.mx
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