Banco de México: ¿recortar o mantener? | #AnálisisIntercam
El pasado 24 de junio, el INEGI dio a conocer que la inflación anual de precios al consumidor pasó de 5.17% en la 2ª quincena de junio a 5.61% en la primera quincena de julio, superando con creces la expectativa del consenso de mercado de un repunte a 5.35%. Hay que reconocer que buena parte del incremento en la inflación provino de un repunte en el precio del jitomate, gas L.P. y cebolla que en su conjunto contribuyeron con los 30 puntos base de incremento en las expectativas. La buena noticia es que esto podría dar marcha atrás en las próximas quincenas, pero cuando menos con información del monitor de precios de Intercam, esto no ha ocurrido hasta la 2ª quincena de este mes. La inflación no subyacente lleva 5 meses aumentando, y en esta lectura las frutas y verduras alcanzan un incremento superior al 25% en tanto los energéticos el 9%.
Por su parte, la inflación subyacente, indicador que se relaciona con la inflación de mediano y largo plazo, y que además es el componente que mayor impacto refleja por la postura monetaria, resultó prácticamente en línea al bajar de 4.17% a 4.03% entre la 2ª qna de junio y la 1ª qna de julio, respectivamente. Sin embargo, al interior de la subyacente la baja sigue provocada por el componente de mercancías que pasó de 3.33% a 3.24%, al tiempo que la de servicios se mantuvo por encima de 5.0% en 5.17%, situación que prácticamente no ha cambiado en desde agosto del 2022.
Considerando estos datos, mucho se ha argüido a favor y en contra sobre la postura que dejó ver Banxico en la última reunión de política monetaria sobre la posibilidad de evaluar recortes en la tasa de referencia próximamente. Hay agentes del mercado que, insisten que la postura es por demás restrictiva, y que comienza a cobrar una factura en los niveles de actividad económica, por ello la urgencia de re calibrar la postura. En contraste, hay quienes señalan que dada la elevada inflación general, y más aún el lento progreso de la inflación subyacente dejan sin espacio a Banxico, postergando nuevamente la posibilidad de realizar recortes.
La política monetaria influye a la formación de precios a través de cinco canales de transmisión de la política monetaria (tasas de interés, crédito, precios de activos, tipo de cambio y expectativas), sin embargo la evidencia del propio Banxico sugiere que hay dos principales para nuestra economía: el tipo de cambio y la formación de expectativas.
Respecto al primero, es evidente que los riesgos externos e internos han impactado al tipo de cambio y lo mantienen en un nivel superior al registrado durante la primera parte del 2024, por lo que si consideramos que el diferencial de tasas de interés entre México y Estados Unidos pudiera verse disminuido, implicaría una posible depreciación de nuestra moneda frente al dólar. De ahí que, de cristalizarse pudiera traducirse en mayores presiones inflacionarias en particular en las mercancías, (componente que ha disminuido de manera considerable en 20 meses), aunque dicho efecto pudiera darse de manera rezagada.
Para el segundo canal de transmisión, es evidente que los recientes repuntes en la inflación implican, un nivel anual de inflación más alto para el cierre del año, ¿pero en un futuro más lejano esto también ocurre? Acorde a un estudio del Banco de México de 2016, la política monetaria responde con menor intensidad ante diferentes choques en la economía, provocando así que ésta se ajuste de manera ordenada y más rápida, sobre todo por el anclaje que en las expectativas de inflación de mediano y largo plazo. Sin embargo, este mecanismo pudo haber perdido cierta fuerza ya que las expectativas de inflación de mediano plazo (próximos 1 a 4 años) se ubican en 3.70%, por encima del promedio del 2000-2020 en 3.50%, al igual que las de largo plazo (próximo 5 a 8 años) en 3.60% vs 3.50% previamente, lo que sugiere que se necesita una postura más restrictiva de la que previamente se usaba en periodos de convergencia a la inflación.
Aunado a lo anterior, si bien es cierto que el componente no subyacente tiene realmente poca incidencia en la postura monetaria, no podemos descartar que estos choques se puedan prolongar por más tiempo y generen efectos de segundo orden en la inflación subyacente, contaminando así la formación de precios y haciendo que la inflación general siga la trayectoria ascendente que ha mostrado en los últimos 5 meses.
¿Qué esperamos en Intercam?
Consideramos que el “espacio” para evaluar ajustes en la tasa de fondeo se ha estrechado de manera significativa, por lo que ahora no esperamos recortes en la reunión del 8 de agosto, y dadas las actuales condiciones Banxico deberá premiar la paciencia y mantener sin cambios la tasa de interés en 11.0%
Hacia adelante, debemos señalar que los riesgos para que la inflación termine ubicándose al cierre del año por arriba de 4.50% se han incrementado y recordemos que en 2023 cerró en 4.66%, por lo que prácticamente en un año no habrá descendido. Adicionalmente, en los próximos meses hay eventos en México y Estados Unidos que pueden generar volatilidad en los mercados, por lo que no podemos descartar que el tipo de cambio opere en mayores niveles a los actualmente vistos, nublando así las posibilidades de ajustar la tasa de referencia.
En todo caso, la posibilidad de un recorte en la tasa a finales del año, en el mes de diciembre, nos parece que sigue sobre la mesa, de tal manera que actualizamos nuestro estimado para la tasa de fondeo al cierre del año de 10.5 a 10.75% y el próximo recorte de agosto a diciembre.
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