#AnálisisIntercam | La agenda del trimestre – 1T25: 2025 un año Trumplicado 

 El año 2025 seguramente será Trumplicado.

Sin lugar a dudas, el carácter de quien dirigirá a la Casa Blanca por los próximos cuatro años es volátil y hasta cierto punto impredecible. Esto quiere decir que la incertidumbre nuevamente reinará en este año y no podemos descartar que algunas de sus posturas puedan radicalizarse más adelante. 

En su discurso de apertura como Presidente de Estados Unidos ya vimos cual es la principal preocupación: la migración. De momento esto puede ser una buena noticia para nuestro país, ya que los temidos aranceles generalizados parecen estar fuera de la mesa, por el momento. Más adelante entramos en detalle de quién es Trump y lo que debemos esperar. De momento, el año será Trumplicado. 

En la agenda económica global, el Fondo Monetario Internacional (FMI) dio a conocer su escenario macroeconómico para 2025 y 2026, en donde podemos resaltar los siguientes cambios. Para la economía mundial, el FMI estima un crecimiento de 3.3% en este y el próximo año, relativamente bajo si consideramos que la norma del 2000 al 2019 era de 3.7%. Al revisar el detalle de las economías, vale la pena resaltar dos principalmente: 1) acorde a los economistas del FMI la economía estadounidense podría crecer en 2.7% en 2025, un ritmo similar al registrado en 2024 y 2023 en 2.8% y 2.9%, respectivamente. 2) Por otro lado, la Eurozona se espera que crezca en apenas 1.0% en 2025, al tiempo que la expectativa pasada era 1.2% y en 2024 se anticipa un avance moderado en 0.8%. Para la economía China se espera un crecimiento de 4.6% en 2025 y para nuestro país se anticipa un avance moderado en 1.4% este año. Según los economistas del Fondo, estamos llegando al final de un ciclo de disrupciones globales que comenzó con la pandemia, las disrupciones en las cadenas de suministro y posteriormente con la guerra de Ucrania y Rusia. Sin embargo en el futuro próximo veremos divergencias importantes entre las economías. 

En este entorno, el tema central de la política monetaria serán las diferencias entre las posturas de los diferentes bancos centrales. Por un lado, el Banco de la Reserva Federal ha sido enfático en comunicar a los mercados que pausará su ciclo de relajamiento monetario y nosotros estimamos que esta pausa podría extenderse incluso más allá del primer trimestre del 2025. En este sentido, no descartamos un escenario en el que la Fed no recorte sus tasas este año y de momento, no vemos alzas en tasas. Por su parte, el Banco Central Europeo ha telegrafiado al mercado sus intenciones de seguir con su ciclo de recortes, puesto que la inflación se encuentra prácticamente en su objetivo de 2.0%. Por otro lado, el Banco de Japón elevó su tasa de referencia de 0.25% a 0.50% en su pasada reunión de enero. El consenso de analistas estima que el Banco Japonés podría continuar elevando sus tasas, aunque de manera muy gradual. Por otra parte, el Banco de Canadá podría seguir recortando, aunque a un menor ritmo, luego de acelerarlo con recortes de 50 puntos base durante la segunda mitad del año pasado. Por último, el Banco de Inglaterra pausará su ciclo de recortes en tasas de interés, en vista de repuntes recientes en sus datos de inflación. 

Desde el punto de vista fundamental, estas divergencias implican una ampliación en los diferenciales de tasas de las principales economías y por supuesto un reajuste en la valoración de sus paridades cambiarias. En este sentido y utilizando nuestro modelo fundamental, estimamos que la paridad EUR/USD tiene un valor teórico para este año de entre 1.035 y 1.044 dólares por euro, mientras que el USD/YEN se ubicaría entre 141.606 y 141.710 yenes por dólar y el USD/CAD entre 1.406 y 1.412 dólares canadienses por dólar. 

Como podemos notar, las decisiones de política monetaria y su influencia a lo largo de la curva de tasas de interés, tienen implicaciones directas en las principales monedas de países avanzados. En este sentido, es importante mirar nuevamente a los fundamentales y las perspectivas de política monetaria para entender que podría ocurrir con las divisas. En la misma línea, enumeramos cuales son estos dos fundamentales a vigilar: 1) los balances públicos y 2) los déficits en cuenta corriente. 

En las gráficas de abajo, encontramos que los balances públicos tradicionales (ingresos menos gastos) de la mayoría de las economías van en una dirección de ampliación. Por ejemplo para las economías avanzadas, sólo Alemania parece ir en una senda, aunque lenta, hacia la búsqueda del equilibrio fiscal, sin embargo, Canadá, Francia, China y Estados Unidos van en dirección contraria. Resalta el caso de China que ha tenido una ampliación constante en su déficit públicos desde el año 2011, razón que resulta insostenible en el mediano y largo plazo. Por su parte, en Estados Unidos, si bien los déficits son menores a los que se han implementado en periodos de crisis, se sigue observando un déficit amplio de alrededor del 7% del PIB. Por su parte, al interior de las economías emergentes, ocurre algo similar, salvo en Argentina que por primera vez en 15 años regresó a un equilibrio en sus finanzas públicas. Por otro lado, Brasil, está manteniendo déficits cercanos al 7.0%, claramente preocupantes y que están detrás de la depreciación del real brasileño. 

A medida que avancemos en el año y con nuevos gobiernos en prácticamente todo el mundo, será importante identificar aquellos que busquen la consolidación fiscal, es decir una reducción en los déficits de las finanzas públicas. Resaltamos en este sentido el caso de México y Colombia, que han mandado a los mercados la señal de realizar ajustes fiscales, mientras que las economías avanzadas van en completa dirección contraria. 

El otro fundamental es la cuenta corriente. Para aquellos que lo consideren un concepto complicado damos dos puntos de vista para comprenderlo: 

1. El saldo de la cuenta corriente puede ser visto como el resultado de todas las operaciones en dólares o moneda extranjera de una economía con el exterior, es decir corresponde a las necesidades en dólares, que tienen un país para su operación. 

2. El saldo de la cuenta corriente teóricamente corresponde a la diferencia entre el ahorro nacional y la inversión de una economía, por lo tanto si un país tiene un déficit en cuenta corriente, puede significar que los requerimientos de inversión son muy elevadas y como el ahorro interno no alcanza a cubrirlo, hay que requerir al exterior para financiarlo. En el caso contrario, un país con un saldo superavitario en cuenta corriente, puede significar que hay un exceso de ahorro y no necesita financiamiento del exterior, en todo caso se vuelve un país que otorga financiamiento a los proyectos de otros. 

Para las economías avanzadas, encontramos dos que mantienen superávits elevados, estos son Alemania y China, economías con una vocación exportadora y que se dedican a venderle al mundo diversos productos y que además son prestamistas del mundo. Llama la atención que China tiene un superávit en cuenta corriente elevado, sin embargo no es tan grande como el que experimentó una vez que entró a la Organización Mundial de Comercio por allá de inicios de los 2000. En el caso de las economías emergentes, los elevados déficits en cuenta corriente se asocian principalmente con eventos de depreciación cambiaria, ya que ante la falta de divisas para la operación del país debe haber un ajuste en precios, es decir una devaluación. En este sentido, es importante destacar que el último episodio de elevados déficits ocurrió en la pandemia de Covid, sin embargo México y Argentina experimentaron superávits. Al cierre del año pasado, se espera que nuestra economía cierre con un déficit acotado, Argentina con un superávit, mientras que Colombia y Chile con déficits mayores a 2.0%, que pudieran reflejar vulnerabilidades en caso de ampliarse. 

Con este análisis, se buscó exponer los fundamentales de las economías para identificar desbalances desde el punto de vista fiscal y del punto de vista externo. De momento, no hay desbalances fuertes, sin embargo esto podría rápidamente cambiar con la llegada de Donald Trump y algunas de las políticas que puede implementar. En este sentido, aquellos países, sobre todo emergentes, con los mayores desbalances podrían ser los más afectados en sus divisas. 

Por ejemplo, el pasado 26 de enero, Colombia estuvo muy cerca de enfrentar aranceles del 25% que buscaban después de una semana llevarse al 50%, así como sanciones financieras bajo la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional que podían provocar congelamiento de activos financieros de personas, empresas, gobierno y entidades financieras, además de restringir transacciones entre los bancos colombianos y el sistema financiero estadounidense, y el acceso al financiamiento multilateral. Al final, la amenaza quedó sólo en eso, sin embargo una sanción de esa magnitud podría provocar una crisis de balanza de pagos por salidas de capitales y una fuerte depreciación que terminaría en una recesión. Estamos atentos. 

Estados Unidos: dilucidando quien es Donald Trump 

El pasado 20 de enero Donald Trump asumió la presidencia de Estados Unidos. En su discurso inaugural firmó varias órdenes ejecutivas, que serán enmarcadas como las primeras directrices que llevará su administración, aunque hubo una mención de la imposición de aranceles, no hubo de facto un cambio en materia de aranceles con respecto a México. En su discurso inaugural y tras el anuncio que firmaría cientos de órdenes ejecutivas, el grueso de ellas, estuvieron alineadas a lo que consideramos es la mayor problemática en Estados Unidos: la migración. Y aunque las implicaciones en el caso de la deportación masiva son considerables en términos económicos y sociales, aún no sabemos la magnitud ni la rigidez sobre la aplicación de las leyes que pudieran originar escenarios muy diferentes. 

Llama la atención que el documento que salió firmado el mismo lunes en materia de aranceles, quedó reducido a la orden de realizar una profunda investigación por parte de las agencias federales para analizar las políticas comerciales y los déficits que mantiene con el mundo y con México; aunque por la tarde de ese mismo día señaló que estaba evaluando imponer aranceles a México y Canadá el 1 de febrero, por el tema de la migración y el fentanilo, responde a una pregunta expresa y no a una verdadera intención. 

Es posible que detrás de este vaivén de posturas sobre los aranceles, se encuentra el forcejeo al interior del gabinete, y de todo lo que puede implicar un proteccionismo rígido para Estados Unidos. Hay que recordar que Trump recibe a Estados Unidos en una sólida posición económica, pues de acuerdo con la FED de Atlanta el PIB del 4T24 habría crecido 3.0%, ligando el cuarto año consecutivo creciendo por arriba del potencial. En materia de inflación se ha alcanzado una trayectoria desinflacionaria, aunque en los últimos meses se ha ralentizado. La inflación al cierre del 2024 se ubicó en 2.9%. La Reserva Federal ha recortado 100 puntos base la tasa de interés, y todo pareciera señalar una pausa prolongada en su ciclo acomodaticio. 

El temperamento de Trump es volátil, estridente y confrontativo, lo que podría originar fuerte volatilidad en los mercados, aunque al final consideramos que buscará una relación transaccional con México. En ese tenor, vale la pena poner en tela de juicio lo que representa México para ese país, dada la enorme integración de las cadenas de valor. Al final de cuentas, la llegada de Trump pudiera ofrecer una valiosa oportunidad para México para convertirse en un socio confiable, más integrado y alineado a la región de América del Norte. 

Con la llegada de Donald Trump es posible estimar que la economía se mantendrá fuerte. El consenso de analistas espera un crecimiento del 2.2%, nuestra estimación contempla un crecimiento del 2.3%, con riesgos al alza, e incluso hay estimaciones de que la economía americana podría crecer en 2.7% este año. Es muy posible que la actividad económica se mantenga fuerte, con un consumo elevado que se sumará a las exenciones fiscales que Trump ha propuesto para ciertas categorías de las personas físicas. Aunado a ello, el empleo se mantiene estrecho con la creación de 256 mil puestos de trabajo al cierre de diciembre. 

En ese tenor, es posible anticipar una Reserva Federal más cauta, en lo que ha guiado al mercado que será una pausa prolongada. Los mercados de futuros estiman uno o dos recortes a llevarse a cabo entre el mes de mayo y junio. Nosotros consideramos que la Reserva Federal podría llevar a cabo un recorte en el segundo semestre del año. La fortaleza de la economía americana, pudiera ser un riesgo para la inflación. 

Adicionalmente, si bien es cierto que de momento no estamos incorporando ningún efecto por el aumento de aranceles, de materializarse esta amenaza podría originar resultados muy diferentes. Dependerá la gradualidad, el incremento, la temporalidad y los sectores afectados. En primera instancia, consideramos que las amenazas de imposición de aranceles es el arma clave que utilizará Trump para acceder a un mayor beneficio para Estados Unidos en el fortalecimiento de América del Norte. 

México: desaceleración y retos arancelarios 

El 2024 fue un año particularmente complejo cargado de procesos electorales a nivel global y plagado de eventos geopolíticos. Y aunque hay muchos claroscuros en el panorama del 2025, podemos comenzar a trazar las principales perspectivas del 2025. 

Para el crecimiento económico, estimamos una desaceleración, mayor a la que en un inicio habíamos estimado. El 4T24 tiene riesgos importantes a la baja, pues todos los indicadores que se han publicado apuntan a una profunda moderación en la actividad económica. De acuerdo con nuestros pronósticos la economía mexicana habría presentado un nulo crecimiento en el 4T24, que supondría un crecimiento del producto en el 2024 en términos anuales del 1.7% (1.8% previo). Para el 2025 estimamos una actividad económica del 0.9% (1.2% previo). La modificación en nuestra perspectiva es principalmente originada por una mayor debilidad en el consumo componente toral de la actividad económica. El consumo privado al mes de octubre creció en apenas 0.5% en términos anuales y cayó en -0.7% mes a mes, hilando dos meses consecutivos de retrocesos. 

Si bien es cierto que el monto de transferencias será significativo en este año, sumando más de 835 mil millones de pesos, el empleo formal ha mostrado una debilidad exacerbada. En el 2024 se crearon han solo 214 mil puestos de trabajo que se compara de manera negativa con las necesidades de más de un millón de empleos por año. 

Por el lado de la inversión, consideramos que es ya evidente la pausa en ciertos proyectos productivos. La inversión fija bruta retrocedió -2.6% en términos anuales en el mes de octubre. Además liga 10 meses consecutivos que estuvo prácticamente estancada. El desplome en la inversión y un consumo más ralentizado nos orillan a pensar que la moderación en la actividad económica del año pasado continuará en los primeros meses del 2025, con una expectativa de crecimiento débil en ese periodo. Aunado a ello los esfuerzos por lograr la consolidación fiscal tendrán un efecto- aunque marginal- en el PIB. 

Posiblemente un contrapeso a la desaceleración en el consumo y la inversión sea la demanda externa. Durante gran parte del año pasado, las exportaciones retrocedieron como resultado de una manufactura débil en Estados Unidos. En ese país, la producción industrial liga dos años consecutivos sin mostrar crecimiento, aunque se ha contrarrestado parcialmente por los aumentos de participación de mercado que ha ganado México dentro del comercio que realiza Estados Unidos frente al mundo. 

Una recuperación sostenida de la producción industrial estadounidense podría acelerar el crecimiento de nuestras exportaciones. Sin embargo, ante la incertidumbre y la latente amenaza de aranceles consideramos que las exportaciones tendrán un comportamiento positivo del 2.2% (mayor que el 2023 y 2024, pero inferior a los años previos). 

La inflación enfrenta retos importantes durante este 2025. Hay que recordar que durante el año pasado la inflación pasó de 4.6% a 4.2%, sobre todo por un descenso importante en la inflación subyacente que bajó de 5.1% a 3.7%. Recordemos que la inflación subyacente excluye energéticos, agropecuarios y algunas tarifas de gobierno, y además participa con cerca del 75% de la inflación general, de tal manera que está relacionado con la inflación de mediano y largo plazo. Al interior de dicha, la inflación de mercancías bajó de 4.9% a 2.5% y la de servicios descendió de 5.3% a 4.9%, de tal manera que prácticamente todo el descenso se explicó por el rubro de mercancías. 

Detrás del movimiento de las mercancías están varios factores, que difícilmente podrán repetirse en este 2025. Uno de ellos tiene que ver con la apreciación del tipo de cambio, ya que buena parte de las mercancías corresponde a productos importados, de tal manera que con un peso frente al dólar más fuerte, estas tienen un menor precio de importación y a su vez del punto de venta. Con un peso visiblemente más depreciado esto podría dar marcha atrás. El segundo elemento, puede estar relacionado con la entrada masiva de mercancías de origen chino, que sabemos compiten a menores precios en el mercado nacional. Entre estos productos están los autos con una inflación de 0.5%, los enseres domésticos y mobiliario del hogar con una inflación de 1.34% y la ropa y calzado con 1.43%, todas para el cierre del año pasado. Con la narrativa de menor dependencia de las importaciones de China posiblemente esto podría modificarse. Por ejemplo, a partir de octubre del año pasado los autos del gigante asiático dejaron de estar exentos del pago de arancel del 15% que se instauró desde la pandemia de Covid19. 

En este sentido, estimamos que la inflación subyacente se ubicará en torno al 3.8% al cierre del 2025, con una inflación de mercancías ubicándose en 3.7% y la de servicios descendiendo a 3.9%. De esta manera, nuestro estimado para la inflación general al cierre de este año se ubica en 3.9%. 

En ese tenor considerando un lento camino desinflacionario, estimamos un Banxico prudente. Si bien es cierto que, en la primera reunión de política monetaria de Banco de México, a llevarse a cabo el 6 de febrero, estimamos un recorte de 50 puntos base- de acuerdo con las propias declaraciones de Rodríguez Ceja- no debemos esperar recortes de esa la magnitud en cada una de las juntas subsecuentes. Más aun con los retos para la inflación y una Fed que se mantiene muy cautelosa. Esperamos que la tasa de referencia se ubique en 8.50% al final del 2025. 

Finalmente en cuanto al tipo de cambio, que sin duda alguna es la variable más difícil de pronosticar, podríamos ver una importante volatilidad, en especial en la primera mitad del año. Ya vimos cómo durante el mes de enero, las amenazas arancelarias han originado que nuestra moneda haya alcanzado un nivel de 20.90 en cuatro ocasiones. Nuestra moneda es la válvula de escape para reflejar las modificaciones en el panorama, y en los primeros 100 días de Trump podría reflejar las mayores preocupaciones de los posibles cambios en la relación bilateral entre México y Estados Unidos. Sin embargo, y a pesar de un entorno excepcionalmente incierto, hay que recordar que no mantenemos desbalances en los flujos del exterior, pues nuestra cuenta corriente es muy muy acotada. Estimamos que pasó de 0.3% en el 2023 a 0.5% en el 2024. 

Calendario 

Política monetaria: Estados Unidos y México 

Fed 29 de enero. Esperamos que los miembros del Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC) mantengan la tasa de fondos federales sin cambios en un rango de 4.25% a 4.50%. Lo relevante será evaluar la discusión sobre Trump y sus políticas proteccionistas, y sus efectos en la inflación. Adicionalmente la argumentación en torno a la solidez de la economía americana. 

Banxico 6 de febrero. Esperamos un recorte de 50 puntos base, tras declaraciones de Victoria Rodríguez Ceja y después de las minutas de la última reunión de política monetaria al señalar de manera explícita que estarían evaluando acelerar la magnitud de los recortes en juntas futuras. Para la reunión del 27 de marzo, esperaríamos 25 puntos base. Un recorte de mayor magnitud es difícil incorporar en estos momentos, debido a la incertidumbre en el panorama y al estancamiento en el progreso desinflacionario. 

Periodo ordinario en el Congreso de la Unión 

El nuevo periodo ordinario de los legisladores comenzará el 1 de febrero. Podríamos conocer mayores detalles de las recientes aprobaciones en materia de reformas constitucionales, en especial la legislación secundaria que podría atenuar- o no- ciertos efectos en la economía. 

Designación del nuevo integrante de la Junta de Gobierno de Banxico 

Si bien es cierto que la Ley de Banco de México no refiere a la obligatoriedad de la integración de los miembros de la Junta de Gobierno y únicamente estipula que debe estar integrada por cuatro subgobernadores y un gobernador, se espera que en los siguientes meses se designe a la sustitución de Irene Espinoza.

Pre criterios 2026  

La SHCP tiene la obligación de entregar los Pre-criterios del marco macroeconómico de cara al próximo año, a más tardar el 1° de abril. Será clave evaluar si la dependencia del gobierno modifica su escenario económico para el 2025 considerando la información hasta el momento que apunta a una desaceleración en el producto. Recordando que la SHCP tiene como estimación para este año un rango de 2 al 3% que supondría el doble de crecimiento que el consenso de especialistas. 

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