A la expectativa de la reforma fiscal
Por. Alejandra Marcos
Luego del fracaso de la reforma de salud en el Congreso de Estados Unidos la semana pasada, que obligó a su posposición, los mercados ahora se encuentran atentos a las discusiones sobre la reforma fiscal, que sin duda es la más importante y relevante para las empresas y la economía. La reforma fiscal y el programa de infraestructura son los cambios que los mercados han estado anticipando y esperando desde la victoria de Trump; son el principal detonante del optimismo que ha dado lugar al alza de los mercados conocida como el “Trump Rally.”
A pesar de la decepción de la reforma de salud, los mercados lo tomaron con serenidad y apenas corrigieron moderadamente el lunes y martes, porque si bien es cierto que la reforma de salud es importante, no cambia el rumbo de la economía ni debilita el ritmo de avance de la actividad. Esta reforma, que no llegó a votarse – era demasiado radical para un los republicanos más moderados porque dejaba sin cobertura de salud a cerca de 24 millones de personas. Mientras que para el ala de extrema derecha no era suficientemente agresiva, ni eliminaba por completo el Obamacare, que era lo que pretendían. Sin embargo, en los últimos días de la semana, se ha retomado la posibilidad de discutir nuevamente la reforma de salud, dado que es necesario actualizarla y además, son importantes los ahorros en el presupuesto que deriven de ella, donde se especula que serán cerca de $30 mil millones de dólares al año.
Ahora, la mayor preocupación de los mercados es la posibilidad de que no se concrete la reforma de fiscal dado el fracaso de la reforma de salud, las divisiones que provocó al interior del partido republicano y la baja popularidad de Trump a 71 días de su mandato, en 35%, un nuevo récord.
Hasta ahora, se sabe que se propone una reducción del impuesto corporativo, de una tasa impositiva del 35% sin incluir deducciones, a una tasa del 20%, además de reducir el impuesto al ingreso de las personas físicas. Adicionalmente, está en discusión un nuevo impuesto, el BAT (Border Tax Adjustment), que es un impuesto del 20% a todas las importaciones de las empresas y la deducción de las exportaciones. Este “border tax” no está en contra de la OMC, que permite hacer ajustes fronterizos. Pensamos que es una forma indirecta de ampliar la base gravable de las empresas, gravar también el consumo, y de manera más práctica, imponer un arancel. De acuerdo con ciertos estudios, se espera que el BAT recaude recursos por $1.5 trillones de dólares. Dentro de Estados Unidos, hay quien está a favor y en contra porque las opiniones de los empresarios están muy divididas. Los grandes retailers como Walmart están en contra, porque una buena parte de los productos que venden son importados, mientras que los exportadores como Boieng y GE, están a favor.
Se espera que esta iniciativa fiscal se presente en la segunda o tercera semana de abril, y sin duda causará volatilidad e incertidumbre en los mercados alrededor del mundo porque bien pudieran cambiar las estrategias comerciales y de inversión de las empresas de Estados Unidos y de las del mundo que están relacionadas con Estados Unidos.
En paralelo, y a pesar de que no se ha confirmado a Robert Lighthizer como Representante Comercial de EU, empieza a cobrar vida la renegociación del TLC, que eventualmente también formará parte de la agenda legislativa.
Para México, esta renegociación del TLC es el tema más importante relacionado con Trump, por las implicaciones que puede tener para las exportaciones y, por lo tanto, para la economía. Es un tema que nació con el inicio de la campaña de Trump desde 2015, y que ha provocado que la percepción de México haya seguido una trayectoria de montaña rusa, mejorando o deteriorándose según las últimas declaraciones o tuits de Trump.
En las últimas semanas, la percepción ha venido mejorando cada vez más, al empezar a conocerse detalles de las intenciones de los negociadores.
Está quedando más claro que buscan endurecer las reglas de origen para evitar beneficiar a otros países, pero que no será un tratado asimétrico contra México. Además, el día de ayer, el Wall Street Journal publicó una nota donde dio a conocer que el documento que mandó la oficina de la Casa Blanca al congreso afirma que Trump sólo busca cambios modestos en las negociaciones del TLC. Entre los cambios, se propone que en las compras gubernamentales deben considerarse ofertas de los tres países, mejorar las reglas que rigen la propiedad intelectual, incluir los servicios digitales en el acuerdo, buscar disminuir el déficit comercial que mantiene Estados Unidos con México y Canadá, y propone aranceles en caso de un daño grave a las industrias en Estados Unidos. Cabe destacar que los negociadores mexicanos han declarado no tener ningún problema en negociar la mayoría de estos temas. Con respecto a fechas, hay quienes esperan las pláticas oficiales hacia finales del año, pero otros que piensan que el aviso al congreso es inminente y que las pláticas comiencen 90 días después, en julio.
En tanto, los datos económicos de Estados Unidos esta semana, han sido positivos. Comenzando por la confianza del consumidor, que se encuentra en el nivel más alto de los últimos 16 años; la publicación de la cifra final del PIB del 4T16 que mostró un crecimiento del 2.1% revisado al alza, y que fue impulsado por el consumo; las solicitudes de desempleo, también en mínimos de más de 30 años, reflejan la fortaleza de mercado laboral; finalmente, el ingreso y gasto personal siguen su tendencia positiva, mientras que la inflación PCE superó el 2.0% en el último año. Por su parte, ante las dudas con respecto a la reforma fiscal y de infraestructura, los discursos de los miembros del FED han sido mucho más suaves, con lo que han disminuido las expectativas de 3 alzas de la tasa en el año, y se han reafirmado las probabilidades de sólo 2 incrementos adicionales. Todo esto confirma un buen crecimiento de la economía este año, mejor que en 2016, aunque sin alcanzar niveles espectaculares; es decir, hasta ahora, todo coincide con las expectativas que tenemos desde que comenzó el año.
Mientras tanto, en México, Banxico subió la tasa de interés en 25 puntos base, tal y como lo esperaba el mercado. El banco busca anclar las expectativas de inflación y seguir los movimientos del FED, además de reforzar la reciente tendencia de apreciación del peso.
Creemos que la mejor manera de aprovechar este entorno es manteniendo posiciones en acciones, principalmente de empresas mexicanas que tengan una buena perspectiva de crecimiento y valuaciones atractivas, así como ETF´s del sector financiero en Europa. Puntualmente, en estos niveles nos gustan las acciones de Femsa, Lala y Cemex. De los ETF´S, nos gusta el EUFN de bancos europeos. Sin embargo, hay que tomar en cuenta que los mercados, en estos momentos, están en máximos históricos o cerca de ellos, así que también recomendamos mantener liquidez de cerca del 50% en la porción destinada a renta variable. Además dada la reciente apreciación del peso, creemos que, de manera especulativa, vale la pena incrementar posiciones en el Dólar trac con la finalidad de venderlo en el corto plazo cuando alcance niveles entre $19.30 y $19.50. Es posible que la discusión del BAT en las siguientes semanas incremente la aversión al riesgo y nuevamente el dólar regrese a los niveles de los $19 pesos o más.
En la parte destinada a instrumentos de deuda, recomendamos estar en la parte más corta de la curva, a plazos menores a 1 año, porque sin duda la curva se ha aplanado significativamente y consideramos que no vale la pena correr con riesgos de largo plazo en estos momentos.
Sin duda, el entorno ha cambiado significativamente. Nos enfrentamos a nuevos paradigmas que hay que tomar en cuenta a la hora de elegir y conformar las carteras patrimoniales.
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