Hacia dónde se dirige el tipo de cambio | #OpiniónIntercam

Nuestra moneda ocupa el segundo lugar entre las economías emergentes en términos de profundidad y operatividad: A diario, sobre el peso se intercambian 114 mil millones de dólares (mdd). También representa un instrumento frecuentemente utilizado para la especulación y para la estructuración de diversos instrumentos financieros de los mercados internacionales.

Luego de haber observado una acentuada apreciación entre el 2023 y parte del 2024, además de mínimos en los 16.20 pesos por dólar apenas en mayo, el peso mexicano ha estado sujeto a una volatilidad considerable en el último mes.

El peso ocupa el segundo lugar entre las economías emergentes en términos de profundidad y operatividad: A diario se intercambian volúmenes por 114 mil millones de dólares (mdd) y también representa un instrumento frecuentemente utilizado para la especulación y la estructuración de diversos instrumentos financieros del exterior.

Tras periodos particularmente inciertos sobre el panorama local e internacional, la primera variable de ajuste en los fundamentales macroeconómicos es el tipo de cambio. La paridad peso dólar suele ser la válvula de escape ante una mayor aversión al riesgo y episodios de incertidumbre.

El mes pasado, los movimientos en nuestra moneda respondieron a diversas cuestiones, cuando, por momentos alcanzó niveles de 19 pesos por dólar. Los movimientos responden a las condiciones inherentes de los mercados, aunque también fueron reflejo de la inquietud sobre eventos que incidieron directamente en nuestra economía, o en el entorno global.

En la parte externa, la postura monetaria de la Reserva Federal, que mantuvo sin cambio el rango de la tasa de fondos federales entre 5.25% y 5.50%, tuvo sus efectos. Los funcionarios del Comité Federal de Mercados Abiertos (FOMC, por sus siglas en inglés) del banco central revisaron también de 3 a 1 recortes en las tasas de interés antes de que termine el 2024, originando con ello expectativas de que mantendrá las tasas de fondos federales altas por más tiempo del estimado.

La reacción de los mercados financieros fue de una mayor demanda de dólares antes la expectativa de que la primera economía global seguiría dando a los inversionistas rendimientos atractivos con una mayor seguridad frente a otras economías, como las emergentes. Históricamente, el dólar es uno de los determinantes del tipo de cambio. La moneda de la potencia, medida en un índice contra una canasta de monedas de países avanzados, apreció en junio 1.1%.

De esta forma, el dólar mantiene la tendencia positiva que ha venido mostrando desde el cierre del año pasado frente al resto de las divisas duras. Adicionalmente, es importante destacar que el grueso de las monedas de países emergentes se ha depreciado respecto al dólar, por lo que el movimiento del peso mexicano no resulta ajeno.

Frentes domésticos

En México, la moneda reportó movimientos que respondieron a cuestiones idiosincráticas, mientras que el Banco de México mantuvo en su más reciente reunión de política la tasa de interés referencia sin cambios, en 11%.

El comunicado del banco central resultó enfático sobre la desaceleración de los niveles de la actividad económica con lo que podría abrir la puerta para ajustes futuros en las tasas.

Con respecto a los movimientos especulativos del peso que se reflejan en el mercado de futuros de Chicago (CME, por sus siglas en inglés), las apuestas a favor del peso disminuyeron significativamente, pero aún así, se mantienen positivas.

Al margen de la visible depreciación de nuestra moneda, tras la volatilidad observada en el mes, el tipo de cambio parece haberse estabilizado en niveles alrededor de 18 pesos por dólar. Ante la ausencia de nuevos sobresaltos, el mercado ha regresado a reflejar sus fundamentales.

Estimamos que el déficit de cuenta corriente de este año sea de aproximadamente 0.6% del PIB o cerca de los 11 mil millones de dólares, lo que reflejará de nueva cuenta las pocas necesidades de dólares para mantener la operación de nuestra economía. Estas necesidades están plenamente financiadas con la inversión extranjera directa (IED).

En tanto, el diferencial de tasas se mantiene en niveles históricamente elevados. Aun así, los pronósticos del tipo de cambio hacia adelante han sido revisados al alza respondiendo a nuevos episodios de volatilidad por factores tanto locales como internacionales, lo que pudiera desencadenar una depreciación mayor. Sin embargo, con base en su historia más reciente, parecería que el peso regresará a reflejar sus fundamentales.

Colaboración para: Revista Fortuna, Negocios y Finanzas

Fuente: Alejandra Marcos, Directora de Análisis y Estrategia de Intercam Casa de Bolsa.

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