¡Precaución!

Análisis dice…  ¡Precaución!

Por: Patricia Berry

El tiempo pasa y no hay grandes cambios.
La atención sigue concentrada en China y el Fed, pero la verdad es que el panorama ha seguido deteriorándose poco a poco. Los bancos centrales siguen con la batuta en la mano, pero la receta de proveer de más liquidez cada vez no cambia. Las cosas no están bien, y no es momento de sentirse valientes.

Las semanas llegan y se van; el tiempo pasa, como normalmente sucede, y las cosas no cambian mucho. Los inversionistas y operadores siguen enfocados en el desempeño de la economía china y en cómo ve las cosas el Fed.

La realidad, sin embargo, es que el panorama global se sigue deteriorando. En Estados Unidos, los buenos reportes económicos son apenas 1 de cada 4. En Europa, la economía más grande y fuerte, Alemania, ya se empieza a debilitar. En Japón, las empresas parece estar perdiendo la fe en los programas de Abe, y la inversión casi no se mueve. En China, el crecimiento oficial en el 3T15 cayó por debajo de 7%, a 6.9%, pero viendo qué tan rápido y cuánto han caído las variables principales, es difícil creer que el crecimiento de la economía se desaceleró solo una décima parte de un punto porcentual.

En gran medida por la debilidad de China, la baja de las materias primas no ha encontrado un piso, y todos los productores están sufriendo de manera importante. Rusia se encuentra en recesión, y también Brasil, quien además, enfrenta una crisis política; Canadá está coqueteando con la recesión, y Australia y Nueva Zelanda apenas si se defienden.

La lenta demanda global ha hecho que el comercio internacional se desacelere consistentemente, y los grandes exportadores asiáticos ha visto sus ventas caer durante meses, especialmente sus facturas a China. Y no sólo las exportaciones asiáticas están sufriendo: desde los artículos de alta tecnología, y hasta los bienes duraderos, ha caído la demanda por productos de Estados Unidos, Alemania, Japón, y de cualquier otra parte. En todo el mundo, hay fábricas vacías y sin trabajar. Así que el mundo obviamente está en problemas y la esperanza de alivio sólo puede venir de los bancos centrales. Por supuesto, los bancos centrales son el foco de atención, y no están exactamente sentados sobre las manos sin hacer nada. Esta semana, el Banco Central Europeo tuvo su reunión y el Presidente Draghi dejó claro que están listos para actuar, con todas las herramientas de su arsenal, lo que puede significar tasas de depósito más bajas todavía para las reservas de los bancos, o más y más amplias compras de bonos. El Banco Popular de China sorprendió a todos el viernes al bajar la tasa de depósitos por 4ª vez ese año, y los requerimientos de reservas por 3ª vez. El Banco de Inglaterra, en su última reunión, también dejó claro que tasas más altas no están en el futuro cercano. Se espera que el Banco de Japón, la próxima semana deje sin cambio su política, pero también se espera que se anuncie una nueva ronda de compra de bonos en cualquier momento. Finalmente, el Fed de Estados Unidos también se reunirá la siguiente semana, y tampoco se esperan cambios. Las proyecciones de los expertos para el alza de la tasa de interés, que todos hemos estado esperando desde septiembre, se están posponiendo hasta marzo del año que entra, cuando muy pronto.

Todas estas acciones por parte de los bancos centrales significan que cada vez hay más y más dinero dando la vuelta en el sistema financiero global, y los mercados están respondiendo al estímulo. Las monedas se mueven de acuerdo a los últimos comentarios y acontecimientos relacionados con los bancos centrales. Las tasas de los bonos han bajado de nuevo. Y los mercados accionarios se mantienen laterales o al alza, en gran medida porque estamos en medio de una época de pobres utilidades; de otra manera, probablemente se mantendrían en franca alza.

Una vez más, a liquidez está dirigiendo el comportamiento de los mercados, pero el sentimiento no es el mismo. Claramente, la economía global no está bien. La política monetaria ha sido la única herramienta que se ha utilizado para estimular las economías del mundo en los últimos 6 o 7 años y, hasta ahora, ha logrado sacarlas de recesión, pero no lanzarlas a un ciclo de crecimiento fuerte. Y la receta no ha cambiado.

El panorama no es bueno, y no es momento de sentirse valientes con nuestro dinero.

 

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