Estados Unidos en el centro de los cambios

¿Qué dice análisis? Por: Patricia Berry

Esta fue una semana más en la que la atención de todo el mundo se mantuvo concentrada en Estados Unidos. Gobiernos, empresarios, inversionistas y la gente, en general, están siguiendo paso a paso la transición del gobierno de Obama a la nueva administración de Trump y, por supuesto, los mercados en todos lados siguen reaccionando a cada comentario, a cada declaración y a cada tweet de Trump o de sus colaboradores más cercanos.

La intensidad de esta atención, que la verdad no es lo normal, nos parece entendible porque Trump, que tampoco es normal, está por volverse la persona más poderosa del mundo y, para bien o para mal, de adquirir la capacidad para afectar seriamente a cualquier país o región, o hasta de cambiar los equilibrios económicos y geopolíticos del mundo.

Como hemos venido comentando, Trump es muy distinto a cualquier otro presidente de Estados Unidos que hayamos conocido; es un exitoso empresario multimillonario, experto negociador, pero con características de dueño-tirano de su negocio, y sin experiencia política o diplomática, que parece querer gobernar el país como si fuera una empresa. Al final de cuentas, la realidad es que Trump y su forma de gobernar siguen siendo una incógnita, y más ahora que hemos escuchado las comparecencias de algunos de los candidatos al gabinete, y es evidente que no necesariamente piensan igual que él.

Una incógnita como Trump en la Casa Blanca es motivo de consternación para el mundo entero. Preocupan sus intenciones proteccionistas porque cerrar la economía de Estados Unidos tendría muy importantes efectos para la economía global, y especialmente le preocupan a México y China. Preocupan también sus posturas geopolíticas: su disposición para confrontar a China por Taiwán, su cuestionamiento de la participación de Estados Unidos en distintas agrupaciones, como la OTAN, o instituciones mundiales, como la ONU, su opinión contraria a lo que pretenden acuerdos internacionales, como lo relacionado con el cambio climático. Y seguramente a los europeos les preocupa la fortaleza que han cobrado líderes de la extrema derecha en este año de elecciones en varios países.

Pero, hasta ahora, la mayoría de los inversionistas y empresarios han preferido concentrarse en los cambios que pretende Trump para la economía en el corto plazo, y ha predominado un sentimiento de optimismo, aunque sin que desaparezca cierta cautela.

Los mercados nos han mostrado este optimismo con lo que se conoce como el “Trump rally” – el repunte en los precios del dólar y de los activos de riesgo que inició al día siguiente de la elección, y que todavía no termina. Un rally tan inesperado como el triunfo mismo de Trump, y tan fuerte como los sentimientos que despierta este hombre entre la gente.

Ahora, todos están esperando conocer con mayor detalle las propuestas para bajar los impuestos a personas y empresas, para echar a andar los proyectos de infraestructura, las regulaciones que desaparecerán o se simplificarán – en fin, todo lo que planea hacer Trump para que la economía de EU crezca a un ritmo mayor.

El miércoles pasado, Trump ofreció la primera conferencia de prensa desde la elección ante gran expectación de los mercados. Al final decepcionó un poco porque las preguntas se concentraron en cuestiones relacionadas con Rusia y las agencias de inteligencia de EU, y nuevamente, en las amenazas al comercio con China y México. Pero no mencionó las medidas de política fiscal que piensa aplicar, y que eran lo que los mercados querían conocer, así que los precios terminaron la semana con ligeras correcciones.

En cuanto a la economía de Estados Unidos, empezamos a conocer las cifras de diciembre y todo parece indicar que la aceleración que comenzó desde el 3T, antes de la elección, siguió cobrando fuerza en el último trimestre del año. Las cifras de Europa de esta semana mostraron un significativo incremento en la producción industrial de varios países, en Japón mejoró la confianza y en China aumentaron el crédito y la inversión extranjera directa, pero las exportaciones cayeron más que lo esperado. En México, mientras tanto, la inflación total cerró el año en 3.36%, todavía dentro del rango objetivo de Banxico, y la producción industrial avanzó en términos anuales, con buen desempeño de la manufactura y la construcción.

En las próximas semanas se llevará a cabo la toma de posesión de Trump y el inicio de los “Primeros 100 Días” del nuevo gobierno, con lo que esperamos que aumente la volatilidad en los mercados al irse lanzando las iniciativas más importantes de Trump.

Las bolsas, por su parte, empezaron a lidiar con los reportes de las empresas del 4T16 el viernes, y fue un buen comienzo, con tres de los bancos más grandes – Bank of America, JPMorgan Chase y Wells Fargo – reportando utilidades superiores a las esperadas.

Así que los siguientes días probablemente serán de volatilidad, con Trump y sus planes traslapándose con los reportes de las empresas y con la primera reunión del Banco Central Europeo del año.

Como están las cosas, los riesgos se van multiplicando, pero no para la economía global o los mercados, sobre todo en el corto plazo. Recomendamos aumentar posiciones en acciones de Estados Unidos a través de ETF’s del DJI y de los sectores bancos, materiales, industriales, tecnología y consumo discrecional. Es aconsejable considerar también posiciones en algunas acciones mexicanas que pensamos se defenderán muy bien. En deuda, nos parece que las mejores opciones son los Udibonos, y el efectivo lo mantendríamos en dólar trac.

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