El que espera… desespera

Análisis dice…
Por: Patricia Berry

El que espera… desespera, dice el dicho, y los inversionistas están llegando a ese punto, esperando las decisiones del Banco Central Europeo el 3 de diciembre, y del Fed el día 16. Y dado que estos dos movimientos de política monetaria se vienen previendo desde hace meses, es probable que muchos de ellos ya hayan posicionado sus portafolios para estas decisiones. Sin embargo, por seguros que se sientan los inversionistas y los operadores de lo que harán el Fed y el BCE, no deja de ser cierto que del plato a la boca se puede caer la sopa, y algo nos puede sorprender; si no son el Fed o el BCE, bien puede ser la reacción en los mercados.

 

 

En Europa, se confirmaron los crecimientos en el 3T15 de las economías de Alemania en 0.3%, de España en 0.8% y de Inglaterra en 0.5%, todos bajos, pero positivos. Los datos de la semana se inclinaron al lado favorable, sobre todo en Alemania, donde el gasto del gobierno ha aumentado como resultado de la llegada de los refugiados de Siria. El crédito en la región dio señales de que empieza a reactivarse. El consumo permanece fuerte y sigue siendo el motor principal de la actividad. En distintos reportes, incluso de Francia, llama la atención que, hasta ahora, la confianza de los consumidores y empresarios no parece haberse visto empañada por los ataques terroristas en Paris. Será muy importante monitorear este efecto hacia delante porque la amenaza sigue pesando sobre toda la región, y sería muy malo que el sentimiento de temor acabara dañando al consumo. Por otro lado, la inflación continúa sin dar señales de vida, así que se afianzó la expectativa de que el banco central aumentará de alguna manera el estímulo la próxima semana.

 

En Estados Unidos, la semana fue corta por el Día de Gracias, pero la publicación de las cifras se concentró en los primeros 3 días. El sector residencial sigue avanzando sólidamente y los precios de las casas continúan su camino al alza, aumentando la riqueza de las familias. Los ingresos aumentaron, pero no así el gasto en consumo, lo que augura mayor actividad en la época navideña, o por lo menos eso se espera. La inversión de las empresas en bienes de capital dio un brinco inesperado, que pudiera ser el inicio de una recuperación más dinámica. Pero, la inflación, igual que en Europa, no avanza, mientras que la confianza de los consumidores se redujo por el temor de que el mercado laboral no siga mejorando como hasta ahora. En Estados Unidos, como ocurre en Europa y en gran parte del mundo, el consumo y el crecimiento de los servicios son los responsables del dinamismo de la economía, mientras que la producción industrial y manufacturera, así como la inversión, apenas si crecen modestamente, reflejando la debilidad del comercio internacional. Pero el mercado laboral está en, o cerca, del pleno empleo, de acuerdo con las estimaciones de los miembros del Fed, y los salarios por fin comienzan a subir, cosa que es la receta perfecta para que la inflación se salga de control en el futuro, si no hacen nada en este momento para evitarlo. Total, que todos están cada vez más seguros de que el Fed por fin subirá la tasa de interés en la junta de diciembre.

Dado que estos dos movimientos de política monetaria se vienen previendo desde hace meses, es probable que muchos inversionistas ya hayan posicionado sus portafolios para estas decisiones. Sin embargo, por seguros que se sientan los inversionistas y los operadores de lo que harán el Fed y el BCE, no deja de ser cierto que del plato a la boca se puede caer la sopa, y algo nos puede sorprender; si no son el Fed o el BCE, bien puede ser la reacción en los mercados. Es muy posible un período de alta volatilidad entre las dos juntas – después de todo, se supone que el BCE va a aumentar el estímulo, mientras que el Fed pretende todo lo contrario al subir las tasas. Los dos bancos centrales más poderosos del mundo irán en direcciones diametralmente opuestas y lo menos que provoca esto es confusión.

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